«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
ES LA SEGUNDA LEY CONTRA LA PROPAGANDA LTGB APROBADA EN EL PAÍS

El Supremo ruso califica al «movimiento LGTBI» como una organización «extremista»

Protesta en Londres por la legislación contra la propaganda LGTB en Rusia. Europa Press

En una iniciativa que acentúa aún más el alejamiento de la Rusia de Putin de sus vecinos de Occidente, el Tribunal Supremo ruso ha calificado en una de sus sentencias lo que llama el «movimiento público LGBT internacional» como una organización «extremista» prohibida en el país.

Se espera que la nueva prohibición entre en vigor a principios del próximo año, pero algunas informaciones apuntan a que podría aplicarse de forma inmediata, y aunque no se aportan muchos detalles concretos en el fallo, esta decisión otorgaría a las autoridades poderes mucho más amplios para perseguir a los grupos activistas.

La sorprendente decisión no es en absoluto un caso aislado. Hace relativamente poco Rusia escandalizó a la opinión occidental con una polémica ley que prohíbe la «propaganda LGBT» incluso si está dirigida a adultos. El objetivo expreso inicial era, supuestamente, proteger a los niños, pero desde hace un año la ley también se aplica a los adultos, lo que afecta principalmente a los medios y publicaciones, así como a las organizaciones activistas y las manifestaciones públicas.

Pero la comunidad LGTB nativa no es el principal objetivo de esta campaña legislativa y judicial; en el punto de mira están las ONG, sobre todo lo que el Kremlin ve como organizaciones occidentales bien financiadas que aterrizan en Rusia para difundir valores contrarios a la familia.

Pero no existe un «movimiento LGBT internacional», insisten los críticos de la medida, a lo que sus defensores responden alegando que incluso medios de comunicación occidentales como la cadena CNN reconocen desde hace tiempo que durante el mandato de Hillary Clinton como secretaria de Estado en la Administración Obama, la promoción de todo lo LGBT se convirtió en «un valor central de la política exterior de Estados Unidos», hasta el punto de que cualquier país que se resistiera a la aplicación y promoción de esta agenda era marcado como susceptible de sufrir ‘revueltas’.

En los últimos años, las embajadas de Estados Unidos en todo el mundo han enarbolado grandes banderas arcoíris, aunque la enseña está conspicuamente ausente en países como Arabia Saudita u otras naciones aliadas de mayoría musulmana.

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