El grupo yihadista Estado Islámico ha reclamado la autoría del asesinato de un alto cargo del partido islamista Jamaat-e-Islami (JI) en un ataque perpetrado en la localidad paquistaní de Bajaur, situada en el norte del país, cerca de la frontera con Afganistán. El político, identificado como Mohamad Hamid Sufi, jefe de la rama de la formación en Bajaur, fue tiroteado cuando salía de una mezquita, por un grupo de personas que abrió fuego desde un vehículo en marcha.
Así, el portavoz de la Policía local, Israr Jan, ha afirmado en declaraciones concedidas al diario paquistaní ‘Dawn’ que Sufi resultó herido tras recibir varios disparos y murió poco después de su ingreso en un hospital cercano. Poco después, Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP), rama del grupo yihadista activa en Afganistán y Pakistán, ha indicado en un comunicado publicado a través de sus canales de propaganda que el ataque fue perpetrado por «soldados del califato» contra «un miembro de un partido político apóstata».
La portavoz del Ministerio de Exteriores paquistaní, Mumtaz Zahra Baloch, ha reiterado que «depende de las autoridades afganas adoptar medidas contra los grupos terroristas» que operan en su territorio y pidió «no poner a prueba la paciencia» de Islamabad, que ha amenazado en varias ocasiones con lanzar ofensivas en territorio afgano.
En este sentido, en una rueda de prensa, la portavoz asegura que «no debe ponerse a prueba la paciencia del pueblo paquistaní. Reclamamos a las autoridades afganas que se tomen en serio las múltiples peticiones de Pakistán y que adopten medidas efectivas e inmediatas contra estos grupos terroristas». No obstante, los talibanes han asegurado en varias ocasiones que ISKP no supone un grave riesgo de seguridad para Afganistán debido a las operaciones contra el grupo yihadista.