«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
recoge a cuatro personas en su ruta a Gaza

Greta Thunberg cambia el «ecologismo» por el tráfico de inmigrantes ilegales

Greta Thunberg.

La activista sueca Greta Thunberg ha vuelto a generar polémica tras recoger en el Mediterráneo a cuatro inmigrantes ilegales que se lanzaron al mar desde una patera escoltada por la guardia costera libia. Thunberg forma parte de un grupo de doce activistas a bordo del velero Madleen, que se dirige hacia Gaza con el supuesto objetivo de entregar ayuda a la población palestina.

El barco, que además del velamen cuenta con un motor diésel para facilitar la navegación a sus tripulantes amateurs, se presenta como una misión «rompe-sitios», en una operación con evidentes tintes propagandísticos. Durante la travesía, el grupo recibió una llamada de socorro, presuntamente procedente de una embarcación que había salido desde Libia con rumbo a Italia.

La eurodiputada Rima Hassan, del grupo de La Izquierda, también embarcada en la travesía, informó en la red X de que los cuatro inmigrantes ilegales recogidos —aparentemente de nacionalidad sudanesa— se lanzaron al agua desde la patera al detectar la cercanía del buque activista. Hassan apeló a sus seguidores para presionar a la Guardia Costera griega y exigir el traslado de los ilegales a Grecia, etiquetando incluso al ministro de Asuntos Marítimos, Vassilis Kikilias. Finalmente, según la propia eurodiputada, fue Frontex quien intervino y se hizo cargo de los recogidos.

Mientras los gobiernos europeos enfrentan el desafío de las mafias de tráfico de personas y las oleadas de inmigración ilegal, figuras como Thunberg y su séquito contribuyen a alimentar el problema, legitimando rutas ilegales. Una vez más, la izquierda internacional convierte el Mediterráneo en un escenario de espectáculo ideológico, al margen de la legalidad y de la soberanía de los Estados europeos.

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