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Hamás llama a una nueva Intifada para combatir la 'política sionista' de EEUU

El líder de Hamás, Ismail Haniya

Hamás también ha lanzado una ominosa advertencia: ‘La decisión de Trump abrirá las puertas del infierno’


La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital del Estado de Israel ha suscitado ingentes reacciones. No hay país o institución que no haya manifestado su opinión – la mayor parte de ellas, negativas – sobre una medida que podría desatar la por un tiempo latente tensión existente en Tierra Santa.
Sólo el Estado hebreo ha acogido con alborozo la decisión del presidente Trump. Así, su primer ministro, el conservador Benjamin Netanyahu, la ha motejado de ‘hito histórico’ y ha conminado al resto de la comunidad internacional a imitarla, alegando que es el único modo de lograr la paz entre israelíes y palestinos: ‘Estamos profundamente agradecidos al presidente por su justa y valiente decisión. Cualquier acuerdo de paz debe incluir a Jerusalén como capital de Israel’.
En este sentido, Netanyahu se ha comprometido a no alterar el statu quo de Jerusalén y a garantizar, en consecuencia, ‘la libertad de culto para los judíos, cristianos y musulmanes por igual’. Además, ha manifestado su intención de continuar trabajando para alcanzar la tan anhelada paz con el pueblo palestino: ‘Comparto el compromiso del presidente Trump de avanzar hacia la paz entre Israel y todos nuestros vecinos. Y seguiremos trabajando con él para hacer realidad ese sueño’.

¿Una nueva Intifada?

El regocijo israelí contrasta con la ira de los líderes políticos palestinos, que perciben la decisión de Trump como una traición al proceso de paz. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, que ha tildado a Jerusalén de ‘capital eterna del Estado de Palestina’, ha señalado que el traslado de la embajada estadounidense inhabilita al republicano como mediador en las negociaciones de paz entre Israel y Palestina.
Por su parte, Saeb Erekat, dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina, se ha mostrado convencido de que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Estados Unidos dificulta la solución del conflicto: ‘Trump ha inhabilitado a Estados Unidos para desempeñar un papel en cualquier proceso de paz. Su decisión es una contradicción total de los compromisos firmado entre israelíes y palestinos’.
Ajeno a las más básicas normas diplomáticas, el líder del grupo terrorista Hamás, Ismail Haniya, ha llamado a una nueva Intifada como réplica a la decisión del presidente norteamericano: ‘Sólo lanzando una nueva Intifada puede hacerse frente a la política sionista sostenida por Estados Unidos’. En esta línea, el grupo terrorista también ha lanzado una ominosa advertencia: ‘La decisión de Trump abrirá las puertas del infierno’.

La UE, la ONU y el Papa Francisco, en contr

En realidad, la decisión de Trump no ha enfadado exclusivamente a los palestinos y a los estados musulmanes (todos, desde Irán hasta Arabia Saudí, la han condenado), sino a la práctica totalidad de la comunidad internacional, cuyo sesgo antiisraelí es acentuado desde hace tiempo.
De esta manera, la Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, ha manifestado su preocupación por las consecuencias que podría entrañar la medida del presidente estadounidense en Oriente Medio en general y en Tierra Santa en particular: ‘La UE expresa grave preocupación por el anuncio de hoy del presidente de EEUU sobre Jerusalén y las repercusiones que esto puede tener en las perspectivas de paz’.
Una preocupación que comparte el más importante organismo supranacional de cuantos existen, la ONU. No en vano, su presidente, António Guterres, ha condenado la ‘decisión unilateral’ del mandatario norteamericano y ha señalado la inexistencia de alternativas a la solución de dos Estados; una solución que, de acuerdo con él, es perjudicada por el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén: ‘En este momento de gran ansiedad, quiero dejar claro que no hay alternativa a la solución de dos Estados, no hay plan B (…) Jerusalén es la capital de Israel y de Palestina’.
También el Papa Francisco ha adoptado una actitud crítica con la decisión de Trump. Así, ha llamado a respetar ‘el statu quo de la ciudad, siguiendo la línea marcada por las relevantes resoluciones de la ONU’ y ha descrito a Jerusalén como ‘una ciudad única, sagrada para judíos, cristianos y musulmanes’.
En la cuestión árabe-israelí, como en tantas otras, Trump está solo.

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