La propuesta del expresidente de EE.UU., Donald Trump, de que su país asuma el control de Gaza y expulse a la población palestina para convertir la Franja en la Riviera de Oriente Próximo ha sido recibida con interés por el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha dado instrucciones al Ejército para diseñar un plan que facilite la «salida voluntaria» de los habitantes de Gaza, según informaron medios locales citando fuentes oficiales. Katz ha asegurado que el Gobierno acoge con entusiasmo la propuesta de Trump, aunque posteriormente la Casa Blanca y sectores del Partido Republicano matizaron sus declaraciones.
En una entrevista con Fox News, Netanyahu calificó la iniciativa de «extraordinaria» y afirmó que «es la primera buena idea que he escuchado sobre Gaza en mucho tiempo». Según el primer ministro israelí, el plan de Trump podría «cambiar el futuro para todos».
Uno de los puntos más polémicos de la propuesta israelí es la exigencia de que sean otros países los que reciban a los desplazados. En este sentido, Katz ha señalado directamente a naciones europeas, como España, Irlanda y Noruega, argumentando que estos países, al haber sido críticos con la ofensiva militar israelí en Gaza, están «obligados legalmente» a recibir a los refugiados.
«Si estos países se niegan a aceptar a los palestinos, su hipocresía quedará en evidencia«, declaró Katz. Además, justificó la necesidad del desplazamiento alegando que Hamás mantiene secuestrada a la población civil y utiliza a los gazatíes como escudos humanos, impidiéndoles abandonar la Franja.
La respuesta del Gobierno español no se ha hecho esperar. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha rechazado tajantemente la idea de que España tenga que acoger a los palestinos desplazados.
«España toma sus propias decisiones de manera soberana, y nadie nos tiene que decir lo que debemos hacer», afirmó Albares, subrayando que «la tierra de los palestinos es Gaza» y que no se debe forzar su expulsión.
Además, el Gobierno español insistió en que la única solución viable para la Franja de Gaza pasa por su incorporación a un futuro Estado palestino independiente, y no por medidas que puedan interpretarse como una «limpieza étnica«, tal como han denunciado diversos organismos internacionales.