Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) iniciaron incursiones terrestres en el sur del Líbano la madrugada del martes, según informaron las propias autoridades israelíes. Estas operaciones, descritas como «limitadas, localizadas y específicas», forman parte de un esfuerzo por neutralizar posiciones de Hezbolá en la región, tras semanas de bombardeos y la eliminación de altos mandos del grupo chií. Funcionarios estadounidenses ya habían anticipado que este tipo de ofensivas más amplias eran inminentes. El objetivo principal, según los comunicados israelíes, es reducir la capacidad de Hezbolá para atacar el norte de Israel desde el sur del Líbano.
A lo largo de la noche del lunes, diversos medios, incluyendo Al Jazeera y Reuters, informaron sobre movimientos de tropas israelíes en localidades del sur libanés, como Wadi Barghaz y Kafr Kila. Las fuerzas libanesas, por su parte, comenzaron a retirarse de las áreas fronterizas con Israel, siguiendo recomendaciones de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL), lo que dejó la zona cada vez más expuesta a la escalada de violencia.
Por otro lado, el ejército israelí ha desplegado unidades de paracaidistas y ha reforzado la frontera norte con divisiones de reserva, según reporta Reuters. Además, el diario The New York Times informó que soldados israelíes, equipados con visores nocturnos, patrullaban la zona fronteriza, mientras que convoyes de vehículos blindados se dirigían hacia puntos estratégicos cerca del Líbano, listos para avanzar si se emitían nuevas órdenes. La operación, planeada inicialmente para durar unos días, ha sido apoyada por bombardeos aéreos y ataques de artillería, que se intensificaron en las primeras horas del martes.
Mientras tanto, el gobierno israelí ha cerrado varias áreas del norte del país, como Metula y Kfar Giladi, declarándolas «zonas militares cerradas». Israel también ha advertido a los civiles libaneses que eviten viajar al sur del río Litani debido a los enfrentamientos en curso con Hezbolá, grupo que ha sido acusado de utilizar a la población como «escudos humanos» para sus ataques. Hezbolá, por su parte, ha reafirmado su disposición para enfrentar cualquier incursión israelí, según declaraciones de su subcomandante, Naim Qassem, quien aseguró que sus fuerzas están «listas para cualquier escenario».
El lunes por la tarde, medios estadounidenses como The Wall Street Journal y The New York Times adelantaron que Israel había preparado esta nueva fase de operaciones en el Líbano, tras varias incursiones de unidades de comando israelíes en los días anteriores. El objetivo de estas maniobras preliminares era recoger información estratégica para las operaciones a mayor escala que ya han comenzado. Según NBC, la operación israelí estaba prevista para ser breve, de apenas unos días, y su finalidad era desmantelar la infraestructura de Hezbolá en la región.
Según el Ministerio de Salud del Líbano, los bombardeos del lunes dejaron un saldo de 95 muertos y más de 170 heridos. Las autoridades israelíes advirtieron a los civiles libaneses que evacuaran áreas densamente pobladas como Dahiya, en el sur de Beirut, lugar que Hezbolá ha utilizado como base de operaciones.