«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
«El pánico covídico les sirvió de curso ultra acelerado de manipulación»

Kit de supervivencia para gente muerta

Hadja Lahbib, comisaria europea. Redes sociales

A esta altura casi toda Europa y gran parte del resto del mundo han visto el inefable video de presentación del Kit de Supervivencia de 72 hs de la comisaria europea de Preparación y Gestión de Crisis e Igualdad de la Unión Europea, Hadja Lahbib.

Pausa I: No prosiga leyendo estas líneas si no vio el video, invierta aquí un minutito con 36 segundos con la seguridad de que no se trata de una broma hecha por una comediante. Es un video oficial, realizado por la más alta institución europea presentando su propuesta de respuesta inmediata para catástrofes.

Pausa II: Es necesario volver a destacar que los europeos pagan con sus impuestos un cargo que se llama: «Comisaria de Preparación y Gestión de Crisis e Igualdad» que prepara y gestiona (?) las crisis de forma ¿igual? para los 27 Estados miembros. You can’t make this up.

Hechas las pausas necesarias, volvamos al tema: la señora Lahbib llamó a los europeos a tener listo un «Kit de Supervivencia» que les dure tres días, para combatir situaciones de crisis bélica, climática, sanitaria, etc. Entre risas, miradas clownescas y bloopers, la funcionaria belga decía que en su «bolso: edición supervivencia», tenía anteojos (para ver y no ver (sic)), documentos de identificación protegidos del agua, una linterna, fósforos y un encendedor, agua (una botellita), una navaja suiza, medicamentos (ella toma muchos), comida (barritas de cereal y una lata), un cargador portátil, un mazo de cartas, una radio de las viejas para captar señales no digitales. Destaca también, la perspicaz Hadja, que hay que llevar dinero en efectivo, porque «la tarjeta de crédito puede ser sólo un trozo de plástico».

El video se viralizó, sí, pero por las razones no buscadas. Las dosis de ridiculez, inconsistencia e ignorancia y la pretensión humorística frente a un tema tan atroz hicieron de la pieza un comentadísimo objeto de crítica y burla. Todo justificado.

Sin embargo, surgen a partir de este evento una serie de urgentes preguntas: la primera es el público objetivo del video. Es muy útil, para comprender la crisis de representación política y la dinámica creciente de rechazo a las élites europeas, preguntarse cómo imagina Hadja Lahbib a su público potencial. Esta pregunta es la base de cualquier acto comunicacional: cuando hablamos imaginamos al receptor, a nuestro público. No hablamos igual con niños que con adultos, con amigos que con extraños y así. Volvamos pues a la pregunta: ¿cómo imagina Hadja a los europeos?

Por la forma y por el fondo del mensaje, evidentemente los piensa sin capacidad de comprender y metabolizar contenidos complejos. Esa es la razón por la que simplifica «las amenazas» y les pone una duración breve. Tratar la totalidad de las amenazas enumeradas tan llanamente es un insulto: ¿es lo mismo un evento nuclear que un ciberataque?¿Sirve el kit para un virus, un terremoto o el avance de los tanques rusos? ¿Cuál es, concretamente, el peligro para el cual el kit de la mochilita de la UE tiene utilidad? Nada de eso tiene respuesta porque la comisaria imagina que los europeos no tienen preguntas. Los imagina aniñados hasta el paroxismo, necesitados de gestos chistosos que ablanden la gravedad apocalíptica. Faltos de pulsión e iniciativa, incapaces de las acciones de autopreservación básica. Los imagina necesitados de omnipresente tutela, apichonados, crédulos. No es baladí el tono del video.

¿Por qué importa cómo las élites piensan a los ciudadanos de a pie? Porque en base a ese diagnóstico establecen políticas públicas, toman decisiones y crean narrativas: Como te piensan, te tratan.

Así es como estas élites vienen funcionando: el pánico covídico les sirvió de curso ultra acelerado de manipulación, control, corrupción, impunidad y enriquecimiento gracias al miedo. Pero es cierto que ya venían usando en dosis más moderadas el mismo sistema con otros miedos «del fin del mundo». Ahora la UE busca que su población considere la inminencia de nuevos escenarios de crisis con dos objetivos claros. Uno, como cabe a cualquier grupo de burócratas, es permanecer aferrado al timón. El otro es evitar el escrutinio de sus actos cuando estuvieron aferrados al timón.

El propósito de propagar estas guías de supervivencia con consejos obvios (medicamentos, anteojos) o estrambóticos (radio, cartas) sin explicar para qué debe la población prepararse, no es otro que generar una atmósfera de temor que induzca a justificar de nuevo la cesión de competencias y la sumisión al poder debido a las «causas excepcionales».

Esta nueva excepcionalidad incluye un plan de acción presentado por Ursula von der Leyen, quien declaró que «las nuevas realidades exigen un nuevo nivel de preparación en Europa». ¿Cuáles son esas nuevas realidades, Úrsula? ¿deuda disparada, inmigración descontrolada, la normalización de ataques terroristas, la sumisión de los sistemas judiciales a los poderes ejecutivos, el invierno demográfico? No, no. Las situaciones de emergencia que Úrsula prevé son desastres provocados por el «cambio climático», amenazas híbridas como injerencias en las redes de las «fake news», y crisis geopolíticas que impliquen «la posibilidad de agresión armada contra Estados miembros».

En esta nueva versión narrativa las élites hablan de la posibilidad de una guerra. La guerra es un evento omnipresente en la historia de la humanidad, pero las élites europeas han negado esta realidad por décadas. Son las responsables de haber descuidado todos los aspectos relativos a la seguridad de sus países. Resulta que esas mismas élites que se ocuparon de convencer a los ciudadanos que el gasto militar era pecado, ahora deben convencerlos aceleradamente de que lo hasta ayer era impensable: la guerra, hoy es inminente.

Pero no sólo eso, se trata de una guerra tan inminente, que los ciudadanos no deben detenerse a pensar para qué cuernos pagan a una «comisaria de Preparación y Gestión de Crisis» si la funcionaria no pudo prever las crisis que derivaron de las políticas de decrecimiento militar, energético o industrial que los puso a merced de Rusia en primera instancia.

Es más, los europeos no deben detenerse a pensar tampoco que las mismas élites que, hasta hace 15 minutos, les imponían la moneda digital controlada por instituciones bancarias centralizadas, ahora les dicen que sin efectivo no van a poder sobrevivir ni 72 hs. Y tampoco deben detenerse a pensar que las mismas élites que les decían que tenían que consumir alimentos sustentables, de cercanía, cultivados orgánicamente y sin conservantes, hoy les dicen que, si desean sobrevivir, deberán comer ultraprocesados envasados en plástico y metal. Todas cosas desaconsejadas en el marco de otros pánicos anteriores.

¡Pero es que hay que ser caradura!

El video de Hadja es muy revelador en muchos aspectos. Demuestra que la UE cree que los europeos no piensan, necesita que no piensen, se acostumbró a que no piensen acerca de todos los descalabros generados por las mismas élites y que son potenciales apocalipsis.

Si bien fuentes de la UE aseguraron que no buscan crear alarma, sus acciones indican un cambio de postura hacia una amenaza desde Rusia. En ese marco se inscribe la petición a la ciudadanía de preparar el famoso kit de supervivencia y el anuncio de la Comisión Europea de un plan de rearme millonario, sobre el que Von der Leyen pontificó: «si Europa quiere evitar la guerra, Europa debe prepararse para la guerra». ¿Recién ahora, Úrsula?

Otras revelaciones interesantes que nos ofrece el video viral de la «Comisaria de Preparación y Gestión de Crisis e Igualdad» es la homogeneización de alarmas y amenazas a las que deben atender los europeos. No queda claro si el Kit de Supervivencia sirve para sobrevivir a una nuke rusa en Polonia, pero es posible que los europeos del sur tengan una amenaza más importante desde el norte de África. ¿Servirán la linterna y la radio de la comisaria para ese caso? ¿para la amenaza del terrorismo islámico que campa a sus anchas dentro de Europa, no debería la comisaria incluir en el Kit una burka? En definitiva, ¿tienen todos los europeos las mismas amenazas y preocupaciones de seguridad, y para alguna de ellas sirve el Kit de Hadja?

La crisis de seguridad europea es una realidad que acumula décadas, y obviamente el rearme es necesario por la propia necesidad de la defensa territorial. Pero estamos viendo las consecuencias de una política que negó esta evidencia y en donde el tema militar pasó a ser invisibilizado y boicoteado. ¿Puede quedar el rearme en manos de los mismos que desarmaron Europa?

La respuesta obvia es que no. Por eso la Unión Europea necesita primero fabricar un consenso de pánico inmediato que impida que los europeos se den cuenta de lo obvio. Para conseguir que 27 parlamentos incrementen el gasto militar y pongan todo en manos de Bruselas necesitan que todos tengan el mismo miedo, a la misma amenaza, representada en la misma mochila con el mismo Kit de Supervivencia para todos. Como antes tuvieron el mismo plan de salud, de vacunación o de «restauración de la naturaleza». Todo dirigido y centralizado por la UE, que además va a manejar el gasto militar con la misma insolvencia y podredumbre con la que manejó el resto de los presupuestos a lo largo de su historia. Sumando un montón de rubros «especiales2 al gasto militar. Pero además, como son incapaces de cortar el gasto público, la única salida será la inflación y la deuda.

El fracaso del gasto militar y el rearme centralizado por Bruselas está garantizado, y es aquí cuando cobra verdadero sentido el Kit de Supervivencia, pensado para gente aborregada, sin espíritu crítico, sin memoria, sin coraje, sin criterio, sin voluntad, sin otro estímulo que el mero miedo. Por eso es necesario ver el Kit de Supervivencia como un talismán, no protegerá a nadie de nada; es un simple amuleto que sólo puede tener valor para gente muerta en vida.

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