Tras una reunión matinal y otra vespertina los dos líderes firmarán un acuerdo y realizarán un anuncio, cuyo formato dependerá enteramente del «contenido de dicho texto», explicó hoy la oficina presidencial surcoreana.
Las dos Coreas se pararan para la celebración este viernes de una cumbre histórica en su militarizada frontera, que ha sido planificada al milímetro y en la que se busca alcanzar un acuerdo sobre la desnuclearización del Norte.
La jornada arrancará a las 9.30 hora local surcoreana (0.30 GMT), cuando el líder norcoreano, Kim Jong-un, cruce a pie la línea de demarcación militar que divide las dos Coreas, un gesto trascendental, puesto que será el primer miembro de la dinastía Kim que técnicamente pisa suelo del Sur desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953).
Arrancará así una cumbre coreografiada hasta el más mínimo detalle en la que, además de tratar la mejora de lazos entre los dos países -técnicamente aún en guerra- y el establecimiento de algún tipo de tratado de paz, ambas partes se han comprometido a buscar un acuerdo sobre la posible desnuclearización del régimen.
Tras una reunión matinal y otra vespertina los dos líderes firmarán un acuerdo y realizarán un anuncio, cuyo formato dependerá enteramente del «contenido de dicho texto», explicó hoy la oficina presidencial surcoreana.
De este modo, hasta el último momento no se sabrá si Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae in, leerán algún tipo de declaración conjunta o si incluso se ofrecerían a contestar a preguntas de los periodistas, lo que sería inaudito en el caso de un líder de Corea de Norte.
Pero ante todo, el estudiado y consensuado programa de la cumbre, la primera entre las dos Coreas en 11 años, está destinado a seguir impulsando al máximo la distensión entre los vecinos y hace pensar en si la cumbre que Kim y el presidente de EEU