«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Londres aspira a aumentar el empleo con los puertos «libres» tras el «brexit»

La creación de puertos «libres», espacios que estarán dentro del Reino Unido geográficamente pero legalmente fuera de su territorio aduanero, propiciará la creación de «miles de empleos» tras el «brexit», afirmó hoy la ministra británica de Comercio Internacional, Liz Truss.

En declaraciones previas a una visita en Teeside (noreste inglés), Truss dijo que el Gobierno del primer ministro, Boris Johnson, planea crear «el modelo de puerto libre más avanzado del mundo» lo antes posible.

Este sistema se basa en zonas de libre comercio, de modo que los productos que las cruzan no incurren en derechos de aduana o impuestos nacionales.

La ministra explicó que una vez que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), previsiblemente el 31 de octubre, se invitará a los puertos y aeropuertos de todo el país a participar en el esquema para convertirse en uno de los hasta 10 puertos libres que se adjudicarán con objeto de incrementar el comercio internacional.

La intención del Ejecutivo es que los futuros acuerdos comerciales que el Reino Unido firme con otros países sirvan para impulsar la economía y la creación de empleo.

«Tendremos una política comercial verdaderamente independiente después de que salgamos de la UE el 31 de octubre», dijo Truss.

Durante la campaña por el liderazgo del Partido Conservador, antes de convertirse en «premier», Johnson se comprometió a crear «unos seis» puertos libres en el Reino Unido, y en su primer discurso en el cargo dijo que proporcionarían miles de empleos para los ciudadanos de «áreas deprimidas».

El Partido Laborista, primero de la oposición, indicó que los puertos libres tendrán a los «blanqueadores de dinero y evasores de impuestos frotándose las manos con alegría».

El portavoz laborista de Comercio Internacional, Barry Gardiner, destacó que estas infraestructuras corren el riesgo de provocar que las empresas «cierren sus oficinas en una parte del país para explotar exenciones fiscales en otros lugares y, lo que es peor, (conlleven) menores derechos laborales».

Reino Unido seguiría así el modelo de Estados Unidos, que cuenta con más de 250 zonas de libre comercio que emplean a unas 420.000 personas.

Uno de estos espacio está en Miami, que ve pasar más de 7 millones de toneladas de carga cada año, de forma que las firmas que operan dentro de esta zona pueden importar, almacenar y exportar productos libres de impuestos.

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