«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

López Obrador, malas noticias para la hispanidad (II)

 

En la entrega anterior hice un repaso del contexto que llevó a un 20 % de la población mexicana a imponer su voluntad  sobre el otro 80 % esas son las “bondades” de la democracia, que permite a una minoría real decidir sobre la voluntad la mayoría aún más real y presentarlo como si en verdad fuera la voluntad general.

En esta segunda entrega haremos un repaso de cuales fueron las circunstancias internas que permitieron la llegada al poder de López Obrador y llevándose además la mayoría de ambas cámaras, la alta y la baja que en México denominamos Diputados y Senadores.

Ésta que fue la elección más grande de la historia del país por el número potencial de votantes que había registrados que alcanzaban los 89 millones y de los cuales, votó más un 62% y además fue la más costosa, en la cual nos jugamos el rumbo que tomaría el país y si seríamos capaces de librarnos del modelo comunista que replique en México las fracasadas políticas cubanas y venezolanas de las repúblicas bolivarianas.

Esta elección fue única ya que en realidad, más que una elección entre partidos y coaliciones, que ya haremos un repaso de ellas más adelante, en realidad fue una contienda interna del Partido Revolucionario Institucional, ya que cada uno de los candidatos representaba un grupo de poder e influencia del partido político más consolidado, longevo, extenso y tramposo de México y digno heredero del Partido Liberal que durante el siglo XIX hundió a México en guerras civiles, provocó la quiebra económica de la nación, propició invasiones extranjeras y finalmente causó la perdida de la soberanía y el territorio nacional.

Para entender plenamente cuales fueron estas ideas y políticas desastrosas que se aplicaron en México a lo largo del siglo XIX recomiendo ver una conferencia que en fechas recientes dicté en el Club de Periodistas de México en la capital del país, en la que aborde a detalle este asunto. En este enlace puede verla.

Haremos un repaso muy breve y conciso de cuál es el origen de este partido político que en esta elección decidió “perder” la elección para seguir gobernando.

El partido liberal surgió como fruto de la intervención, intrigas y presión del embajador plenipotenciario norteamericano a principios del siglo XIX Joel Roberts Poinsett, una verdadera calamidad y maldición para México.

Él importó de Estados Unidos las logias yorquinas para instalar la masonería en México por lo que este partido siempre estuvo ligado a la traición del interés nacional y siempre se sometió a la voluntad y dictados de Estados Unidos, comenzando por imponer como modelo de gobierno el republicano, cuando este era totalmente ajeno a nuestra forma de gobierno, ya que siempre fuimos imperio o parte de un imperio, incluso después de la independencia, nuestro primer gobernante fue un emperador católico y eso mismo es lo  que vino a destruir Poinsett y el gobierno masónico norteamericano.

La masonería yorquina pronorteamericana mantuvo las riendas del poder en
México desde 1824 hasta 1876, con lapsos en los cuales los conservadores
lograron deshacerse brevemente de esta plaga de traidores, hasta que se dio su salida definitiva el último cuarto del siglo XIX cuando asciende al poder el General y héroe nacional don Porfirio Díaz Mori, él fue un Presidente antinorteamericano, extraordinario patriota que supo defender los intereses nacionales de la voracidad estadounidense por eso, para equilibrar y afianzarse en el poder, dio prioridad y ventaja a las empresas europeas sobre las norteamericanas para que el abusivo vecino norteño de México estuviera acotado en sus pretensiones sobre México, esto provocó la ira y el odio del gobierno norteamericano que acabaron financiado armando y respaldando el golpe de estado contra el Presidente de la República que comenzó el 20 de noviembre de1910 y que logró echarlo del poder unos meses después en 1911 haciéndolo abandonar su amada Patria.

El gobierno surgido de la revolución volvió a retomar el ideario político de los  liberales del siglo XIX y esto provocó una segunda guerra civil en menos veinte años en México, ésta de 1926 a 1929 siendo una guerra de persecución religiosa que llenó la patria mexicana de mártires y héroes católicos.

Es en este periodo que se funda por los triunfadores de la revuelta social de 1910 a 1920 el Partido Nacional Revolucionario (PNR). Después vino un gobierno abiertamente comunista de 1934 a 1940 con Lázaro Cárdenas que expropió la industria petrolera en manos principalmente inglesas para que Estados Unidos, a través del gobierno mexicano, se beneficiara del petróleo mexicano en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.

Lázaro Cárdenas refunda el PNR nombrándolo Partido de la Revolución Mexicana (PRM) el cual fue refundado por tercera vez por su sucesor el General Manuel Ávila Camacho dándole el nombre que conserva hasta ahora: Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En éste partido que se convirtió en hegemónico y monopólico del poder en México durante setenta años, se formó y creció como político Andrés Manuel López Obrador, aprendiendo toda clase de mañas y prácticas que en cualquier otro país le costarían la cárcel a quien lo hiciera, pero en México sirven para conseguir la Presidencia de la República.

Para que ese partido se sostuviera tantas décadas en el poder era evidente que debía dar cabida a un abanico de corrientes y grupos que, aunque fueran como el agua y el aceite, se cohesionaran dentro del partido, de estos grupos el más fuerte y poderoso es el llamado Grupo Atlacomulco, del que surgió precisamente el actual Presidente Enrique Peña Nieto.

A principios de los ochentas del siglo veinte, surgió otro grupo o corriente dentro del PRI conocidos como tecnócratas, que ya no se identificaban con la ideóloga del partido sino que seguían sujetos al PRI por que era la única vía de acceder al poder y lo único que los unía además, era las prácticas antidemocrática que caracterizaba al partido.

De este grupo de tecnócratas que se educaron en universidades norteamericanas surgió Carlos Salinas de Gortari, Presidente de México impuesto por Wall Street de 1988 a 1994 y que creó su propio grupo dentro del partido que se enfrentó directamente con el grupo Atlacomulco.

López Obrador fue miembro del PRI hasta 1988 luego se deslindó de él junto con la Corriente Democrática que encabezó el líder de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas.

En 1989 fue fundado el Partido de la Revolución Democrática que era el partido de izquierda formado por todos los partidos de izquierda más todos los que renunciaron al PRI por no aceptar la candidatura e imposición de Carlos Salinas de Gortari.

En el año 2000 por primera vez el PRI cedió del poder a un partido espejo y que había servido de oposición controlada durante décadas: el Partido Acción Nacional (PAN) el cual gobernó durante doce años hasta que en el 2012 le devolvieron el poder al PRI y fue precisamente en estos cambios de manos que Andrés Manuel López Obrador aprovechó para lanzarse en 2006 a la Presidencia la República, probablemente ganando la contienda contra el candidato oficialista Felipe Calderón, pero el gobierno en turno contra el cual se había enfrentado abiertamente cuando fue jefe de gobierno de la capital mexicana, encabezado por Vicente Fox, hijo de padre mexicano y madre española, le cerró el paso haciendo ganador a su candidato.

El PRI siempre funcionó como un gerente de los intereses de Estados Unidos administrando la riqueza nacional y garantizando que siguiera produciendo
riqueza para los sucesores hasta que esta condición se rompió en 2012 con la
llegada de vuelta a la Presidencia de México del PRI, en la cual, con una serie de reformas estructurales de diversas áreas como comunicaciones, hacienda, educación y principalmente energía, se vio la intención de que este gobierno del PRI encabezado por Enrique Peña Nieto, había regresado al poder por última vez para venderlo todo a manos de intereses extranjeros con los cuales el gobierno priista se asociaría para pasar de gerentes a dueños de la riqueza nacional.

Además una vez en el poder el Presidente Peña Nieto y su cerebro Luis Videgaray, Secretario de Hacienda y ahora de Relaciones Exteriores y el mexicano más cercano a Donald Trump, decidieron zafarse del control de quienes los habían llevado al poder: el grupo de tecnócratas de Carlos Salinas de Gortari y el grupo de la masonería dura dentro de PRI; el grupo Atlacomulco.

En julio de 2014, es decir hace exactamente cuatro años, publiqué un artículo en el que ya visualizaba lo que pasaría en estas elecciones del 2018, aun antes de saber si quiera quienes serían los candidatos, pero veía claramente el escenario en el que se realizarían y resultó ser exactamente como lo advertí y dejo como prueba solo un párrafo de aquel artículo y debajo de él, el enlace para quien desee leerlo completo en su versión original. «Con estas acciones de la entrega de la riqueza nacional y fuente de financiación de las obras y de la corrupción, ya no habrá de donde echar mano para el enriquecimiento sexenal que provenía de las siempre generosas arcas petroleras, por lo que seguramente el PRI dejará el gobierno a quien esté dispuesto a gobernar a un país quebrado, en la miseria y sin el beneficio de la riqueza natural que le pertenece».

En el siguiente enlace puede leer el artículo completo como fue publicado hace cuatro años: Fue precisamente en este periodo que López Obrador con el impulso de su segunda candidatura presidencial y el capital político que había conseguido, se lanzó a crear su propio movimiento político llamado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que después convirtió en partido del mismo nombre y el cual como el PRD en su momento, este nuevo partido se convirtió en el vertedero de desechos del PRD y del PRI Y así es como llegamos a la elección de 2018 la cual fue realmente una contienda interna del PRI y de sus distintos grupos, más que una elección de partidos y coaliciones distintas y opuestas.

Cada uno de los tres principales candidatos representaba una corriente o grupo de poder dentro del PRI. Andrés Manuel López Obrador representaba y contaba con el apoyo de todo el priismo pretecnócrata que fue desplazado del poder desde la década de los ochentas y vieron una oportunidad dorada con un López Obrador que presentó un programa económico que representa una vuelta al pasado de esas épocas pretecnocráticas, pero también se acercaron a él ex funcionarios de los gobiernos priistas tecnócratas que gobernaron en la década de los noventas y además contaba con el poderoso respaldo y apoyo del grupo Atlacomulco que se ve representado más en un caduco López Obrador que con cualquiera de los candidatos incluyendo al de su partido.

Por su parte Ricardo Anaya que siempre se presentó como la antítesis de López Obrador en todos los aspectos, fue una creación del actual gobierno apoyado por Peña Nieto y Videgaray para hacerse con el poder dentro del PAN para, desde ahí, respaldar todo el plan de reformas estructurales del gobierno a cambio de ofrecerle todo el apoyo gubernamental para hacerse con la candidatura a la Presidencia, como efectivamente sucedió, pero en el camino dejó tantos pactos rotos, tantas traiciones y tantas alianzas tan aberrantes, que pensó que una traición más no le afectaría sino que lo catapultaría, pero no sucedió así, ya que cuando rompió con Peña Nieto y Videgaray al amenazarlos con llevarlos a prisión, fue lo que le costó la enemistad real de Peña y esto lo acercó con algunos de los personajes más odiados de la política nacional el expresidente Carlos Salinas de Gortari que a través de su operador político dentro del Partido  Acción Nacional y ex candidato a la Presidencia de la República Diego Fernández de Cevallos le ofrecieron su apoyo y respaldo a Anaya en su enfrentamiento con Peña con quien también estos estaban distanciados.

Anaya, un candidato y militante del partido de supuesta derecha el PAN se salió con dos partidos de izquierda y uno de ellos el promotor del aborto el PRD lo cual le alejó a mucho del voto  católico y para rematar tomó como coordinador de campaña al judío sionista Jorge Castañeda Gutman que es ni más ni menos que el representante y personero de George Soros en México así que ahí es donde realmente se coordinaban y daba línea a la candidatura del que era conocido como el Macrón mexicano o el Rothschild boy.

Por su parte el candidato oficial del partido revolucionario institucional
PRI, José Antonio Mea de Kuribreña de madre libanesa, contó con el apoyo de esa poderosa comunidad en México a la cual pertenece Carlos Slim, era un candidato sui generis ya que él nunca ha militado en ningún partido y ha sido funcionario de primer nivel indistintamente de gobiernos del PAN como del PRI fue un candidato que representaba los intereses de Peña Nieto y Videgaray además de ser el candidato mejor visto por Trump asunto que abordaremos en la próxima entrega de esta serie en la que hablaré sobre las causas externas de México que inclinaron la balanza electoral en
México.

Como hemos visto a lo largo de este artículo se concluye que en realidad la
elección fue una contienda interna del Partido Revolucionario institucional que para sobrevivir y continuar depredando la riqueza nacional decidió mimetizarse al partido Morena al cual pasó gran parte de su capital humano y político además de sus malas prácticas con la finalidad de hacer creer a los votantes que estaban dando la estocada final al PRI, cuando en realidad lo estaban indultando para regresar renovado, con más fuerza y voracidad para a través de Morena continuar su entrega de la soberana mexicana.

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