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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El chavismo amenaza con las armas tras la rebelión de un grupo de militares y policías

El régimen chavista ha acusado al piloto que sobrevoló el TSJ de lanzar granadas contra el edificio. Los opositores desmienten estos hechos y aseguran que se trata de una nueva maniobra.

Jornada de alta tensión en Venezuela. Un inspector de la Policía científica de Venezuela, identificado como Óscar Pérez, ha sobrevolado en helicóptero la sede del Supremo en Caracas para exigir la «libertad» del país y la renuncia del presidente, Nicolás Maduro.
Las imágenes de la aeronave surcando el cielo de Caracas, mientras varios artefactos caían del mismo, han enfadado a Nicolás Maduro. El presidente, que declaró que esos artefactos eran granadas aunque este dato no se ha podido precisas, tachó la protesta de «ataque terrorista» y aseguró que era una «nueva afrenta» contra las instituciones del país.

Mientras se producía la protesta se difundió a través de la cuenta de Instagram de Pérez un vídeo en el que se le observa leyendo un escrito y dando la cara, acompañado de otros cuatro uniformados encapuchados, y en el que pide a los venezolanos ir «a cada base militar» del país.

«Somos una coalición entre funcionarios militares, policiales y civiles en la búsqueda del equilibrio y en contra de este Gobierno transitorio criminal. No pertenecemos ni tenemos tendencia político partidista, somos nacionalistas, patriotas e institucionalistas», leyó el inspector.
Asimismo dijo que se estaba realizando un «despliegue aéreo y terrestre» para «devolver el poder al pueblo democrático» y así «cumplir y hacer cumplir las leyes para restablecer el orden constitucional».
También pidió al presidente Maduro su «renuncia inmediata» junto a su tren ministerial y que «sean convocadas de manera inmediata elecciones generales».
Indicó que es deber de los funcionarios de Seguridad del Estado desarticular las «bandas paramilitares» y señaló que «este combate» es «en contra de la impunidad impuesta por este Gobierno», en «contra de la tiranía» y «contra la muerte de jóvenes que luchan» por sus derechos.
Pérez hizo un llamado «a todos los venezolanos, de oriente a occidente, de norte a sur para que nos acompañen en esta fuerza de lucha y salgamos a la calle, en Caracas al Fuerte Tiuna, y en el interior del país a cada base militar».
Señaló que esto se hace para que los venezolanos se reencuentren «como hermanos» con las Fuerzas Armadas «y juntos recuperemos nuestra hermosa Venezuela».

‘Tomaremos las armas’

Por su parte, Maduro lanzó serias amenazas a la oposición y culpó al partido Primero Justicia de tomar «un rumbo de violencia»: «Todos sus líderes están detrás de esta conspiración».
«Si alguien pretende destruir la revolución bolivariana tomaremos las armas», advirtió Maduro en un discurso que la oposición venezolana tomó como la aceptación de que el país «vive en una dictadura».
El opositor Julio Borges, que fue agredido por un miembro de la Policía chavista, aseguró que el actual presidente está buscando que Venezuela se convierta en «un caos» para permanecer «el máximo tiempo» en el poder.

«Lo que ha dicho Nicolás Maduro es la aceptación de que Venezuela vive en una dictadura, una dictadura violenta, una dictadura que está por encima del voto de los venezolanos», afirmó.
El diputado también señaló que el jefe de Estado «es quien está buscando que Venezuela vaya al caos» debido a que, según indicó, los pasos que ha dado son equivocados «como el propio de la Constituyente».
Para Borges, lo que persigue Maduro es la «permanencia en el poder» para hacerse «millonario», y por ello reiteró su rechazo e instó a los venezolanos a continuar las protestas en la calle para lograr un cambio de Gobierno.

 

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