Investigadores y expertos en inmigración consultados por HessPress (medio marroquí) han descartado la posibilidad de que Marruecos acepte albergar centros de acogida para migrantes deportados desde países europeos, en respuesta a la reciente propuesta de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, de crear estos denominados «centros de retorno» en naciones fuera de la Unión Europea.
La propuesta de Von der Leyen incluía países como Marruecos, Egipto, Argelia, Mauritania, Senegal y Mali como posibles colaboradores para gestionar estos centros. Sin embargo, según los especialistas, Marruecos ve este enfoque como una violación de su soberanía y un obstáculo a su aspiración de liderar la gestión de la inmigración en el continente africano. Además, consideran que esta propuesta entra en conflicto con la responsabilidad compartida entre los países de origen, tránsito y diáspora, esencial para un enfoque integral del fenómeno migratorio.
El investigador Hamid Bin Taleb señaló que esta no es la primera vez que la Unión Europea o sus Estados miembros proponen instalar centros de este tipo en países de origen o tránsito de migrantes. Según Taleb, esta postura refleja un intento de endurecer las políticas migratorias con fines electorales o políticos, y no necesariamente como una solución viable al problema migratorio.
Marruecos, según Taleb, ha rechazado la idea debido a su contradicción con la política migratoria del país, que se enfoca en una gestión conjunta con otras naciones africanas. Una de las manifestaciones más destacadas de este liderazgo continental ha sido la creación del Observatorio Africano para la Inmigración. Además, subrayó que Rabat ha resistido las presiones financieras de la Unión Europea, que ha intentado convencer a países como Túnez y Egipto para que acepten dichos centros, argumentando que aceptar estas instalaciones debilitaría la capacidad negociadora de los países del norte de África frente a Europa.
Otro argumento en contra de estos centros, según Taleb, es que «violan los acuerdos internacionales sobre los derechos de los inmigrantes que Marruecos ha firmado». Además, desde la perspectiva marroquí, estos centros no resolverían la crisis migratoria de manera estructural y, al contrario, harían a los países que los acepten más vulnerables a los flujos migratorios, lo que generaría una serie de problemas sociales, económicos y políticos.
Por su parte, Abdel Fattah El-Zein, coordinador de la Red Africana sobre Migración y Desarrollo, añadió que la propuesta de von der Leyen de crear estos centros de retorno «es un intento de cortejar a la extrema derecha en Europa», que actualmente tiene una influencia significativa en el Parlamento Europeo. Según El-Zein, la presidenta de la Comisión Europea busca impulsar medidas que restringen los derechos de los inmigrantes para aumentar su popularidad entre ciertos sectores en los países europeos, beneficiándose de los aspectos positivos de la inmigración sin asumir sus costos sociales.