La salud del rey Mohamed VI, un tema prácticamente prohibido en la limitada esfera pública de Marruecos, es una creciente preocupación en los círculos cercanos al palacio real. A sus 61 años, el monarca muestra signos evidentes de deterioro físico, que son cada vez más difíciles de ocultar en sus escasas apariciones públicas. Aunque las imágenes son cuidadosamente controladas, no logran disimular los temblores y la dificultad del rey para mantenerse de pie durante periodos prolongados.
El más reciente indicio de su delicada condición tuvo lugar en el palacio real de Tetuán, donde Mohamed VI se encuentra actualmente. En un breve encuentro, el rey recibió al atleta Soufiane El Bakkali, ganador de la medalla de oro en los 3.000 metros obstáculos en los Juegos Olímpicos de París. Este logro deportivo, el único oro obtenido por Marruecos en los juegos, fue uno de los pocos momentos de orgullo para el país, en un contexto en el que incluso la prensa oficial ha expresado críticas.
Durante la ceremonia, el monarca otorgó al atleta el Ouissam Al Arch de la Orden de Comendador. Sin embargo, las imágenes de la audiencia, que fueron transmitidas por la televisión estatal, revelaron más de lo que el régimen habría deseado. A pesar de la edición cuidadosa, se pudo observar al rey con una expresión perdida y un ánimo apagado. Al momento de entregar la condecoración, su mano temblaba visiblemente, una señal inequívoca de su fragilidad.
Un disidente marroquí, bajo condición de anonimato, comentó al diario El Independiente que la salud del monarca ha sido un tema tabú durante años. Se rumorea que Mohamed VI podría padecer sarcoidosis, una enfermedad que inflama los pulmones, la piel y los ganglios linfáticos, causando fatiga y pérdida de peso. También se especula que podría sufrir la enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmunitario que afecta la glándula tiroides, o incluso ambas dolencias simultáneamente. A lo largo de los años, ha sido sometido a varias intervenciones quirúrgicas, incluyendo operaciones por arritmia cardiaca en 2018 y 2020, y la extirpación de un tumor benigno en el ojo izquierdo en 2019.
Los problemas de salud del rey han coincidido con su prolongada ausencia del país, ya que pasa largos periodos en su residencia en París o en su refugio en Gabón. El hermetismo en torno a su estado de salud es comparable al secretismo que rodea su considerable fortuna. Se estima que el patrimonio de Mohamed VI y su familia podría estar entre los 2.100 y 8.200 millones de dólares. Hace unos años, la revista Forbes lo catalogó como el monarca más rico de África y el quinto más adinerado del mundo.