Una organización de vigilancia de la libertad religiosa con sede en Washington DC ha vuelto a nombrar a Nigeria el país más letal del mundo para los cristianos, una clasificación que refuerza la creciente preocupación internacional por la persecución religiosa en la nación africana. Según International Christian Concern (ICC), al menos 50.000 cristianos han sido asesinados en el país en las últimas dos décadas, mientras que cientos de miles han sido desplazados de sus hogares sin que el gobierno haya tomado medidas efectivas para detener la violencia.
La escalada de ataques ha alcanzado niveles críticos en los últimos meses. Global Christian Relief, otra organización por los derechos humanos, también ha señalado a Nigeria como el país más peligroso para los cristianos, citando la constante amenaza de grupos extremistas. Boko Haram, la facción Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP) y milicias fulani están detrás de la mayoría de los atentados, asesinatos y secuestros.
Jeff King, presidente de ICC, ha condenado enérgicamente la situación, describiéndola como una masacre sistemática que se asemeja a un genocidio. “Cada día, militantes islámicos irrumpen en comunidades cristianas, saquean, matan, violan y secuestran a civiles, mientras el gobierno se limita a lamentar la situación sin actuar”, denunció King en un comunicado.
Entre los incidentes más recientes, destacan el asesinato de 22 cristianos a principios de febrero y el secuestro de dos sacerdotes diocesanos el día 22 del mismo mes. En la región de Plateau, donde la violencia se ha vuelto cotidiana, los habitantes denuncian que son atacados únicamente por su fe. “Los fulani no atacan a los agricultores musulmanes, pero los cristianos sufrimos emboscadas diarias y no tenemos cómo defendernos”, relató un residente de Barkin Ladi, una de las áreas más afectadas.
La ICC sostiene que los ataques no sólo provienen de grupos terroristas organizados, sino también de conflictos locales exacerbados por la lucha por recursos como el agua y la tierra. “Nos están matando porque somos cristianos”, afirmó un testigo. «Nos niegan el acceso a nuestras propias tierras y cultivos. Si esto sigue así, moriremos de hambre».
Ante la falta de respuestas por parte del gobierno nigeriano, las organizaciones defensoras de los derechos humanos han pedido a la comunidad internacional que intervenga. King ha instado a Estados Unidos y a otros países a exigir responsabilidades a las autoridades de Nigeria y a designar un enviado especial para frenar la masacre.