Secuestros, asesinatos, violación de menores, quema de iglesias⦠La sangre y el sufrimiento de millones de cristianos deben de ser invisibles para quienes dictan la agenda informativa y deciden quĆ© causas deben ser apadrinadas con la creación de lobbies regados con generosas subvenciones, leyes ad hoc y hasta la llegada masiva de refugiados. Nada de eso se aplica a los cristianos perseguidos –algunos mĆ”rtires– por mĆ”s que cada aƱo sigan profesando la religión mĆ”s hostigada del mundo.
En concreto, mĆ”s de 360 millones de cristianos son perseguidos y discriminados por su fe, uno de cada siete en el mundo, uno de cada cinco en Ćfrica, dos de cada cinco en Asia y uno de cada 15 en HispanoamĆ©rica. AsĆ lo recoge el informe de Puertas Abiertas en su lista mundial de persecución 2023, que sostiene que los diez paĆses donde mayor persecución sufren los cristianos son Corea del Norte, Somalia, Yemen, Eritrea, Libia, Nigeria, PakistĆ”n, IrĆ”n, AfganistĆ”n y SudĆ”n.
Los datos, sin embargo, no suscitan la reacción de ningĆŗn gobierno u organismo internacional, ni minutos de silencio o arrodillamientos masivos en los partidos de fĆŗtbol o la NBA. Nadie, excepto la HungrĆa de VĆctor OrbĆ”n, que tiene un secretario de Estado para la Ayuda a los Cristianos Perseguidos –Tristan Azbej–, considera relevante que los cristianos sean masacrados sistemĆ”ticamente.
Los medios de comunicación tampoco lo incluyen en su agenda. Pero una sola muerte en Estados Unidos, la de George Floyd a manos de un policĆa (condenado por homicidio accidental, homicidio no intencional con desprecio por la vida y homicidio no intencional en la comisión de delito grave), provocó que grandes multinacionales, deportistas de todo el mundo, estrellas de Hollywood y gobiernos se adhirieran al movimiento ‘Black Lives Matter’.
Las vidas cristianas, a tenor del silencio oficial, valen menos para Occidente, que mira hacia otro lado aunque las matanzas sean habituales. Las Ćŗltimas se produjeron hace unas semanas en el Congo, donde 72 cristianos, entre ellos un sacerdote, fueron asesinados por Estado IslĆ”mico. SegĆŗn el Barómetro de la Seguridad de Kivu, este grupo terrorista es responsable de 3.375 muertes en el Congo desde 2017. En Nigeria, paĆs cercano, 3.000 cristianos son asesinados cada aƱo. Que las vĆctimas sean negras ni siquiera ha suscitado la condena de quienes emprendieron aquella campaƱa sobre el color de la piel.
QuizĆ” una de las razones por las que Occidente no levanta la voz es porque gigantes como China o India apenas toleran la prĆ”ctica de la fe cristiana. India es el undĆ©cimo paĆs del mundo donde mĆ”s persecuciones se producen y China el decimosexto. Ambos son superpotencias económicas con las que comercian casi todos y, en el caso chino, su modelo de control absoluto de la población es el paradigma que las Ć©lites occidentales quieren importar. De ahĆ que el trato que EspaƱa o la UE dispensan al presidente Xi Jinping se asemeje mĆ”s al del lacayo que agasaja a su amo que a la habitual diplomacia hacia un Jefe de Estado.
Entre tanto, la clase polĆtica espaƱola se pelea por ser recibida por el Papa o desfilar en las procesiones de Semana Santa con fervor impostado. Incienso aparte, rara vez oĆmos un discurso que denuncie el genocidio cristiano. Al contrario, perseguir la cruz no es que sea motivo de vergüenza y reprobación, sino que otorga rĆ©ditos polĆticos. Profanar una capilla universitaria medio desnuda al grito de Ā«arderĆ©is como en el 36Ā» o Ā«sacad vuestros rosarios de nuestros ovariosĀ» lejos de motivar una expulsión del centro o el repudio social, fue el trampolĆn de una fulgurante carrera polĆtica: Rita Maestre serĆa nombrada portavoz del Ayuntamiento de Madrid sólo cuatro aƱos despuĆ©s. Hoy pelea por ser alcaldesa.
Que EspaƱa le haya dado la espalda a la cruz se aprecia con nitidez en su acción exterior. La reciente ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global no incluye ni una sola vez el tĆ©rmino cristiano mientras que son permanentes las alusiones a la igualdad de gĆ©nero, el feminismo, los derechos sexuales, LGTBI, etc. AsĆ, en su artĆculo 2. e) habla de Ā«igualdad de gĆ©nero, promovida desde un enfoque feminista, como un elemento imprescindible, transversal y distintivo de la cooperación espaƱolaā¦Ā». En el artĆculo 4. e) dice lo siguiente: Ā«Alcanzar la igualdad de gĆ©nero, asegurar la protección y el respeto de los derechos de las mujeres, las niƱas y las adolescentes, desde un enfoque interseccional, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos; fomentar su participación y empoderamiento en la vida civil, social, económica y polĆtica, frente a los obstĆ”culos estructurales que lo impidenā¦Ā». En el apartado f) de este mismo artĆculo se lee: Ā«Promover los derechos de la infancia, la adolescencia y la juventud, de manera transversal y con enfoque de gĆ©neroĀ»; en el h) Ā«Promover la gobernanza democrĆ”tica global y marcos regulatorios inclusivosā¦Ā»; en el q) Ā«Proteger y promover los derechos de las personas LGTBI en todo el mundo, contribuyendo asĆ a la diversidad de las sociedadesā¦Ā».
Que los cristianos refugiados no son una prioridad del Gobierno de Pedro SĆ”nchez tambiĆ©n quedó patente en el verano de 2021, cuando tras la caĆda de Kabul en manos de los talibanes, el Ministerio de Exteriores se negó a contestar a la petición de ayuda planteada por VOX para salvar a un grupo de cristianos afganos que solo necesitaba el permiso de Moncloa para aterrizar en EspaƱa y solicitar asilo como minorĆa religiosa perseguida.