Los movimientos del príncipe heredero, que este fin de semana ha detenido a importantes figuras de la «oposición», desconciertan a la disidencia.
Fin de semana clave para el futuro de Arabia Saudí. Mohammed bin Salman, príncipe heredero y gobernante de facto de la dictadura islámica, sigue el trazado marcado para consolidar su poder absoluto con la detención de las principales figuras de la élite política y empresarial de Riad.
Salman no está dispuesto a ceder una porción de poder y así lo ha demostrado este fin de semana. Los arrestos, anunciados el sábado por la cadena Al Arabiya, se produjeron horas después de que el rey anunciara la creación de una comisión anticorrupción encabezada por el príncipe heredero de 32 años.
¿Quiénes son los detenidos?
Según el diario Sabq, en total han sido arrestados 11 príncipes y 38 políticos. Entre ellos figuran el jefe de la Guardia Nacional, Muteb bin Abdulá; el director del imperio televisivo saudí MBC, Al Walid al Ibrahim, o el príncipe Alwaleed bin Talal, el hombre más rico del país y dueño del fondo de inversión Kingdom Holding Company (KHC).
Bin Abdulá, hasta este sábado ministro de la Guardia Nacional, es hijo del difunto rey Abdulá bin Abdulaziz y el último de los descendientes de dicho monarca que ocupaba un alto cargo en el Gobierno. La Guardia Nacional que dirigía fue creada durante el reinado del rey Faisal, muerto en 1975, para contrarrestar la influencia de los otros cuerpos de seguridad de Interior y Defensa, cartera que ocupa el heredero al trono.
Otro de los detenidos es el príncipe Alwaleed bin Talal, el extravagante multimillonario que cuenta con participaciones en Twitter, Apple, Citigroup o News Corp. Sobrino de los reyes saudíes, se ha valido de su fama mundial para criticar ciertas medidas tomadas por el Gobierno de Riad.
La inclusión de una figura como el príncipe Alwaleed plantea muchos interrogantes en el país, pues uno de los grandes objetivos de Salman es el plan Visión 2020. Un paquete de medidas que busca independizar al reino islámico de los ingresos procedentes de los hidrocarburos y cuyo fin principal es cuadruplicar los ingresos no petroleros para el año 2020.
Problemas internos
La disidencia ha crecido en Arabia Saudí. Es un hecho constatable que la monarquía saudí ya no goza de la unanimidad de antaño. Parte del pueblo ya no acepta ese pacto para intercambiar bienestar a cambio de permanecer ajenos en las decisiones del país y los precios del petróleo en los últimos tiempos no han ayudado a ello.
En 2015, el rey Salman le otorgó al heredero un control sin precedentes sobre la estrategia económica y política, además de permitirle gestionar una defensa y política exterior cada día más agresivas. Los expertos coinciden en señalar que las medidas tomadas este fin de semana son puramente políticas. Desde que el pasado mes de junio depusiera al príncipe heredero Mohammed bin Nayef -su primo y veterano ministro del Interior-, Salman fijó su atención en otro primo igual de poderoso: Miteb bin Abdullah.
El príncipe Miteb no era sólo un posible rival para el trono, sino también el hombre ante el que respondían los miembros de la Guardia Nacional. Y es que la Guardia, construida alrededor de las intrincadas redes tribales, es probablemente el último centro de poder autónomo que se interpone entre el príncipe heredero y el trono.
La ola de detenciones se ha producido poco después de que las autoridades del reino ultraconservador arrestaran el pasado septiembre a decenas de opositores, entre ellos dos prominentes clérigos, según denunciaron varias organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, entre ellas Human Rights Watch (HRW).
Sin embargo, el Gobierno saudí ha asegurado que las nuevas órdenes de prisión se enmarcan estrictamente en esta inédita campaña contra la corrupción y no se trata de una purga política.
El papel de la mujer
Las últimas decisiones de Riad en torno a la libertad de las mujeres han recibido el aplauso de la comunidad internacional y las principales organizaciones en favor de los Derechos Humanos, pero conviene entender los motivos que han llevado al régimen saudí a tomar estas medidas tan impopulares entre su principal núcleo de apoyo: los musulmanes más conservadores.
El monarca ordenó emitir permisos de conducir para las mujeres, que hasta el día de hoy tenían prohibido ponerse al volante de un vehículo en el país musulmán. La agencia oficial de noticias saudí, SPA, informó de que la orden real entrará en vigor el mes de junio próximo, pero no ofreció más detalles sobre su aplicación.
La oposición interna al régimen de Riad cada vez es más poderosa. Aunque el silencio impuesto por la sharia hace que buena parte de la población permanezca en silencio, otros han decidido levantar la voz ante las desigualdades de un país donde el dinero procedente del petróleo sólo se reparte entre unos pocos.
Las decisiones del rey, Salman bin Abdelaziz, no han caído bien en su propia corte. Además, el precio del petróleo sigue a la baja justo en el momento en el que los saudíes andan más necesitados de divisas. Aunque Riad dispone de un nivel de reservas monetarias importante, numerosos expertos han señalado que al nivel de gastos actual podrían durar entre tres y ocho años.
Los enorme gastos militares del reino han provocado que Salman reduzca las ayudas y subvenciones en diferentes áreas, incluidas las ayudas a productos de consumo básico de las que hasta ahora se beneficiaba la población. Además, la situación económica de los ciudadanos de países vecinos -especialmente Qatar, con el que Riad cortó relaciones por “patrocinar el terrorismo”- agrava el malestar entre los saudíes.
Señalar a los discrepantes
A mediados de septiembre, las autoridades saudíes pidieron a los ciudadanos del país que denunciaran “a cualquiera” que pudiera atentar contra los intereses de la oligarquía wahabista. A través de un mensaje en su cuenta de Twitter, el Ministerio del Interior del país islámico hizo este reclamo bajo el pretexto de “aumentar la seguridad”.
“Cuando te encuentres una cuenta en las redes sociales que publique ideas terroristas o extremistas, por favor informa inmediatamente a través de la aplicación #Todos somos seguridad”, rezaba la publicación.
Patrocinador del ISIS
El principal proveedor de terroristas del Estado Islámico es un aliado de Occidente. Tal y como ha señalado la cadena Fox News en un reportaje, citando a fuentes militares iraquíes, la mayoría de islamistas del grupo provienen de Arabia Saudí.
El país comparte alrededor de 800 km de frontera con Irak, totalmente devastada por la guerra. Sin embargo, según explica la cadena, eso no es impedimento para que los yihadistas saudíes entren al país por la franja que comparte con Siria y Turquía.
La información, ofrecida por fuentes de la inteligencia iraquí, revela que los terroristas saudíes suponen el 30% de todo el contingente del ISIS en Irak -siendo el país que más muyahidines aporta-. En segundo lugar se encuentran los rusos chechenos.
“La presencia saudí en el ISIS es muy grande. Lo que quedan son mayoritariamente iraquíes y saudíes”, ha comentado el oficial de alto rango a la cadena norteamericana.
Fox News señala que ha visto varias fotografías y documentos relacionados con el ISIS que muestran las identidades de terroristas sauditas.