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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Las negociaciones entre Merkel y Schulz, alentadas por el establishment

La canciller alemana, Angela Merkel, y el líder socialdemócrata, Martin Schulz, se reunieron por primera vez con el objetivo de fijar la hoja de ruta de las conversaciones para formar un gobierno, 80 días después de las elecciones.
La reunión, a la que también asiste el líder socialcristiano de Baviera, Horst Seehofer, aliado de Merkel, y los responsables de los grupos parlamentarios, será, previsiblemente, el comienzo de un largo proceso de negociaciones con final abierto.
La canciller llegó a la cita en Berlín tras participar en una cumbre con los principales países del Sahel en París, donde se disculpó por las prisas: «Me ha encantado poder estar aquí, pero no quiero faltar a mis deberes en casa», señaló.
Después de que el Partido Socialdemócrata (SPD) diera la semana pasada luz verde a Schulz para iniciar el diálogo, en esa fuerza política se suceden las voces que alertan del riesgo de reeditar la gran coalición con Merkel.
Entre las propuestas alternativas, desde el ala izquierda del partido se ha sugerido la posibilidad de firmar un acuerdo con los conservadores en asuntos clave y dejar el resto de políticas en manos de la negociación parlamentaria.
La ya denominada «KoKo» (coalición de cooperación) en los medios no es, sin embargo, una fórmula que guste a los cristianodemócratas, que consideran que el país necesita un gobierno estable.
«O se quiere gobernar o no se quiere gobernar», dijo la vicepresidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) Julia Klöckner, mientras que el ministro de Transportes en funciones, Alexander Dobrindt, de los conservadores bávaros, cuestionaba que esa propuesta de «gobernar un poco y oponerse un poco» pudiera ser un modelo de futuro para una de las principales economías del mundo.
Para el encuentro de hoy no se convocó a la prensa y se apostó por la confidencialidad, con el objetivo de poder hablar sin la presión mediática que se vivió durante las cinco semanas en las que los conservadores negociaron con los liberales y los verdes.
Esas conversaciones fracasaron, y aunque los socialdemócratas habían decidido tras su debacle electoral pasar a la oposición, finalmente se abrieron al diálogo para intentar evitar unos nuevos comicios.
Se vieron presionados por el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y también por otros líderes europeos que quieren evitar que puedan paralizarse proyectos comunitarios, aunque el camino que hoy comienza puede durar todavía varios meses.
Tras la reunión comenzará previsiblemente una fase de «sondeo» y antes de pasar a negociar formalmente una coalición el SPD celebrará un congreso federal extraordinario.
Cualquier acuerdo al que se llegue, será además sometido al voto de los militantes.
Schulz ha señalado que su objetivo no es «gobernar a cualquier precio» y distintos compañeros de partido han dejado claro que su intención es acudir a las reuniones con su lista de prioridades para un eventual programa de gobierno.
Entre ellas, por ejemplo, mejoras en las pensiones y la sanidad, límites a la subida de los alquileres y garantías para los derechos de los refugiados, un punto que puede complicar las negociaciones ante la línea dura de los conservadores bávaros en política migratoria.
Mientras el Gobierno continúa en funciones, el Parlamento reanudó esta semana su trabajo y aprobó hoy una decisión que puede ser polémica, al acordar los principales grupos que las dietas de los diputados -9.524 euros al mes- se sigan actualizando anualmente de acuerdo a la evolución de los salarios cada año.
 

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