La Asamblea Nacional de Quebec, el parlamento de la provincia francófona canadiense, ha aprobado una propuesta de ley que impedirá a las mujeres musulmanas llevar el velo integral islámico.
La ley, que entrará en vigor el 1 de julio de 2018, impedirá ofrecer o acceder a cualquier servicio público si se lleva la cara cubierta. Queda vetado, por ejemplo, que una mujer musulmana viaje en un autobús público cubierta con un nicab, el velo musulmán que cubre el rostro excepto los ojos. Médicos, enfermeras, pacientes, profesores de universidad, estudiantes, conductores de transportes públicos, pasajeros… todos ellos deberán llevar el rostro descubierto.
La norma prohíbe también que trabajadores del sector público trabajen con nicab, chador o burka, los distintos tipos de hiyab o velos musulmanes.
El proyecto de ley, propuesto en 2015 por el Gobierno de Quebec, ha sido presentado como una legislación sobre «neutralidad religiosa» que en su texto evita identificar por sus nombres específicos los velos musulmanes.
El anterior Gobierno provincial, del separatista Partido Quebequés (PQ), ya intentó tramitar una ley similar en 2014 que fue rechazada por los tribunales por referirse específicamente al hiyab y violar la libertad religiosa de los musulmanes.
Primera región de América del Norte que lo veta
El premier quebequés, Philippe Couillard, ha asegurado que esta medida se ciñe a una cuestión de ‘’comunicación, identificación y seguridad’’.
’’Vivimos en una sociedad libre y democrática. Si me hablas debería ver tu cara y tú la mía. Es tan simple como eso’’, ha comentado.
Quebec se ha convertido en la primera región del norte de América que prohíbe el velo integral islámico. Al otro lado del Atlántico, una larga lista de países ya lo han hecho.
Francia y Bélgica lo hicieron en 2011, mientras que Bulgaria y Holanda lo vetaron en 2016. El último país europeo que ha puesto coto al inseguro burka ha sido Austria. Dinamarca se encuentra en la actualidad redactando la norma que lo materialice.
Canadá, cuna del multiculturalismo
Canadá adoptó hace varias décadas el multiculturalismo como política de Estado y hoy la diversidad cultural es una de las señas de identidad del país, y pese a que los numerosos críticos argumentan que su aplicación ha tenido «efectos en la fragmentación de la identidad nacional», el Primer MInistro, Justin Trudeau, se siente orgulloso de mantener y potenciar este modelo.
«Nuestras raíces llegan a todos los rincones del mundo. Venimos de muy lejos y hablamos más de 200 idiomas. Nuestro tejido nacional es vibrante y variado, cosido por muchas culturas y herencias y subrayado por el valor fundamental del respeto», dijo en día del multiculturalismo en Canadá.
Actualmente, las alabanzas del primer ministro Justin Trudeau a los musulmanes son continuas, mientras hay quien no olvida que en 2015 consideró que los «cristianos eran la peor parte de la sociedad», tal y cómo ha publicado Canada Times.
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