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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Suecia, obligada a invertir en educación sexual para inmigrantes

 

El gobierno sueco invertirá 3,7 millones de coronas suecas para educar a los inmigrantes recién llegados sobre los derechos y la salud sexual.


La realidad ha acabado por imponerse en Suecia y el Gobierno ha tomado la decisión de poner en marcha un programa de educación sexual para los recién llegadas. Estas medidas, que están destinadas a hombres y mujeres que solicitan asilo en el país, busca lograr una mejora en un asunto que se ha convertido en prioridad nacional.
La ministra de Asuntos Sociales, Annika Strandhäll, admitió que la situación era «grave»: «Encontramos que algunas de las mujeres de este grupo de recién llegados provienen de comunidades en las que existen normas, leyes y reglamentos completamente diferentes».
«Este proyecto brinda a este grupo de mujeres mejores oportunidades para adquirir conocimientos sobre los derechos sexuales y reproductivos en Suecia», aseguró Strandhäll.

Historia de un escándalo

Joakim Lamotte estaba buscando información sobre la violación a una niña de doce años en la ciudad sueca de Stenungsund. El periodista, al que le habían encargado un artículo sobre el tema, decidió llamar a la comisaría de policía. Sin buscarlos, Lamotte se dio de bruces con la situación que vive un país completamente desbordado por la oleada de violaciones.
El periodista pregunta a los agentes sobre la investigación del caso y la respuesta no puede ser más reveladora: “Tenemos un sospechoso, pero aún no lo hemos podido interrogar”, aseguran los policías.
“La cantidad de trabajo es tan grande que no podemos hacerlo mejor, resulta muy lamentable”, sentencian los agentes ante la incredulidad del terrorista.

Castigos muy livianos

La madrugada del 24 de octubre de 2016 en Uppsala, una ciudad sueca situada unos 78 km al noreste de Estocolmo, cinco afganos golpearon, escupieron y violaron por turnos a un joven de apenas 15 años. Los cinco refugiados, que habían llegado al país sin acompañantes, grabaron el asalto y amenazaron a la víctima con difundir el vídeo en las redes sociales si se dirigía a la Policía. Un modus operandi similar al utilizado por otros recién llegados en Alemania en otra violación grupal.
Tras ser identificados, los cinco afganos fueron condenados a penas de entre 13 y 15 meses de cárcel. La legislación sueca contempla la deportación en este tipo de casos, pero finalmente el juez decidió que continuaran en el país porque su viaje «era muy peligroso». Las autoridades justificaron la decisión bajo el amparo de los derechos del menor, pero muchos ciudadanos se mostraron contrarios a la decisión al entender que su presencia en la localidad sí que supone «un auténtico peligro».

Falsedad documental

Un pediatra sueco desmontó en el mes de septiembre las cifras que las autoridades ofrecían a diario acerca de la crisis de refugiados. Este hombre, encargado de tratar a alguno de los miles de recién llegados, aseguró haber visto a muchas personas catalogadas como niños que en realidad eran mayores de edad e incluso algunos de ellos superaban los cuarenta años.
“Son muchos los casos de supuestos niños que tienen barba y bigote”, aseguró Josef Milerad, cuyas palabras crearon conmoción en todo el país. Suecia ha acogido durante el último año a 31.000 solicitantes de asilo, unas cifras muy elevadas teniendo en cuenta su población. Sin embargo, sorprendía que el número de menores no acompañados en la Agencia de Inmigración fuera tan elevado.
Milerad aseguró que estas cifras están adulteradas y mostró para ello el caso de varios adultos que trataron de hacerse pasar por niños. Las condiciones para los menores no acompañados son mucho más beneficiosas -es más complicado que sean deportados-, por lo que muchos refugiados tratan de lograr este estatus.

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