‘No entraremos en acuerdos grandes que nos tengan maniatados. Debemos asegurar que todo el mundo cumple las reglas’, ha asegurado Trump
En plena gira asiática, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a manifestar este viernes su oposición a los acuerdos multilaterales de libre comercio, que, según él, cercenan la libertad de acción de su país. De esta manera, en la inauguración del encuentro del Foro de la Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), el republicano ha mostrado su predilección por los tratados bilaterales, dada su siempre mayor adecuación a los intereses de los Estados firmantes.
Trump, que retiró a EEUU del TPP en los albores de su mandato, ha desvelado cuál será su línea de actuación en los próximos años en lo que a tratados de comercio se refiere: ‘No entraremos en acuerdos grandes que nos tengan maniatados. Debemos asegurar que todo el mundo cumple las reglas, lo que ahora no todos hacen’, ha señalado el presidente norteamericano en velada acusación a países como China.
Un incumplimiento de las normas que ha truncado, desde el punto de vista del líder norteamericano, muchas oportunidades de establecer pactos que a todos beneficiarían: ‘Se han perdido muchas ocasiones para el beneficio mutuo porque hay gente en la que no se puede confiar, que no sigue las reglas. No podemos ni vamos a permitirlo más’, ha sentenciado Trump con la debida rotundidad.
Pese a haber retirado a EEUU del TPP por considerarlo pernicioso para los trabajadores estadounidenses, el republicano ha proclamado su amistad con todos los países de la región; países a los que ha invitado a negociar un acuerdo ‘justo y recíproco’ para fortalecer los lazos y promover la prosperidad y la seguridad en la región.
La visita a China
Trump ha arribado a Vietnam, donde se celebra la cumbre de la APEC, procedente de China. Durante su estancia en este último país, el norteamericano ha exhibido una actitud conciliadora – acaso en demasía complaciente con las élites políticas comunistas – que difiere sobremanera de la que ha mostrado en los últimos tiempos. Así, no se ha referido al exiguo respeto del Gobierno chino por los derechos fundamentales y ha responsabilizado a sus predecesores del déficit comercial que EEUU padece con respecto a la potencia asiática.
En este sentido, Trump ha protestado por las políticas restrictivas de Pekín en materia económica, que se materializan, por ejemplo, en esa ley que obliga a las potencias extranjeras a transferir tecnología a territorio chino como condición para invertir. No obstante, y con afán de no enturbiar las relaciones diplomáticas, no ha culpado de estos desmanes al Gobierno chino, sino a la escasez de miras de ‘pasadas administraciones en Washington’.
Sí ha presionado Trump a su homólogo, Xi Jinping, en la cuestión norcoreana. De este modo, le ha conminado a cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y a retirar el apoyo a ese régimen estalinista que, en los últimos meses, ha desafiado en ingentes ocasiones la legislación internacional con sus ensayos balísticos.