«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El presidente electo rechaza la gran estafa del clima

Trump enfurece a los devotos del cambio climático nombrando como responsable de Energía a un defensor del ‘fracking’

El candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, saluda a la multitud después de ser entrevistado por la cofundadora de Moms for Liberty - Europa Press

«No hay crisis climática». Apenas hay frase breve que pueda resultar más alarmante para el pensamiento global dominante y que garantice más eficazmente el fin de cualquier carrera en la vida pública. Y, sin embargo, la ha pronunciado Chris Wright, elegido por el presidente electo Donald Trump como su secretario de Energía.

Con el nombramiento de Wright, Trump dice definitivamente adiós a la gran estafa del clima, por la que Occidente debe empobrecerse para que China e India puedan seguir emitiendo dióxido de carbono como si no hubiera mañana.

Wright tiene sobrada experiencia en el sector energético y es un firme defensor de la fracturación hidráulica. Está más que dispuesto a encabezar una reactivación de la producción energética nacional. Bajo su mando, el Departamento de Energía dará prioridad a las políticas prácticas que restablezcan el dominio de la energía estadounidense y deshagan el daño causado por años de excesos progresistas.

La fracturación hidráulica o fracking transformó a Estados Unidos de importador de energía al mayor productor mundial de petróleo y gas natural. Wright, como director ejecutivo de Liberty Energy, entiende mejor que nadie el impacto revolucionario de esta tecnología. Al liberar grandes reservas nacionales, el fracking ha reducido la dependencia de Estados Unidos del petróleo extranjero y los precios de la energía, y ha creado innumerables empleos bien remunerados.

Si Estados Unidos abandona el barco de Kyoto y gigantes como China e India nunca han llegado a embarcar en él, ¿qué futuro le espera a los fieles de Greta Thunberg?

Nadie en Estados Unidos puede darse por sorprendido. Trump se ha mostrado siempre, y especialmente en esta última campaña, como un decidido enemigo de la religión climática. Sus declaraciones en este sentido han sido siempre transparentes. «Una de las tareas más urgentes… es derrotar decisivamente el engaño de la histeria climática», dijo en campaña.

«El alarmismo de la izquierda radical sobre el clima y nuestro futuro está… destruyendo la economía de Estados Unidos, debilitando nuestra sociedad y eviscerando nuestra clase media», manifestó el presidente electo. «Nos está haciendo mucho daño. Tenemos que derrotar a los farsantes del clima de una vez por todas».

Con Wright al frente de las decisiones federales sobre energía, el fanatismo climático podría tener sus días contados.

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