Unos 10.000 surcoreanos han salido a la calle para exigir la dimisión del presidente del país, Yoon Suk Yeol, un día después de que declarara la ley marcial para hacer frente a una oposición a la que ha achacado una postura «afín a Corea del Norte», una medida que fue revertida horas después por el Parlamento pero que ha levantado la polémica y ha generado confusión entre la población.
En la capital del país, Seúl, los presentes han protagonizado una vigilia, han iniciado posteriormente una marcha y han pedido la salida de Yoon y los altos cargos de su Administración.
Los principales sindicatos del país, que han anunciado previamente una huelga general indefinida, han participado también en las protestas y se han reunido en Jongno Gu, una concurrida zona en la que se encuentran los principales monumentos de la capital.
Los manifestantes han lanzado proclamas a favor de la dimisión de Yoon y han recalcado que es el pueblo el que «ha ganado». «Cumple con la soberanía del pueblo», han destacado, según informaciones recogidas por la agencia surcoreana de noticias Yonhap.