«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
después de que el velero haya sido interceptado por la fdi

Yolanda Díaz habla de «secuestro» y de «violación del Derecho Internacional» mientras Israel reparte sándwiches y agua a Greta Thunberg

La líder de Sumar y vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Europa Press

El último espectáculo de Greta Thunberg ha terminado como cabía esperar: en fracaso. Hace una semana, el velero británico Madleen zarpó desde Sicilia rumbo a la Franja de Gaza, en una maniobra propagandística encubierta bajo el pretexto de «misión humanitaria». A bordo iban doce activistas, encabezados por la sueca Thunberg, con el objetivo declarado de romper el bloqueo marítimo impuesto sobre la zona controlada por los terroristas de Hamás.

El viaje, coreografiado para atraer los focos mediáticos, concluyó anoche frente a las costas israelíes. Lejos del relato apocalíptico que difunden sus seguidores, los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) abordaron el conocido como Selfie Yacht de forma pacífica, entregaron agua y sándwiches a la tripulación y trasladaron a los activistas a territorio israelí. Además se han organizado sus respectivos regresos a casa. Ninguno resultó herido.

Pero la reacción del entorno izquierdista ha sido inmediata y desproporcionada. Greenpeace ha denunciado que la Flotilla de la Libertad fue «atacada» por las «fuerzas de ocupación» y que sus miembros fueron «secuestrados» y «tomados como rehenes«. Extinction Rebellion, por su parte, ha acusado a las FDI de rociar el barco con «sustancias químicas» y cortar las comunicaciones del equipo. El equipo de prensa de la flotilla incluso ha llegado a calificar el operativo israelí como «otro crimen de guerra«.

Desde España, la vicepresidenta Yolanda Díaz se ha sumado a las protestas. Ha calificado la operación como una violación del Derecho Internacional y ha exigido una reacción inmediata por parte de la Unión Europea, además de reclamar la liberación de los activistas. «Condeno firmemente el secuestro del barco Madleen, que transportaba ayuda humanitaria a Gaza», ha expresado Díaz en un mensaje en redes sociales.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, por su parte, ha confirmado que mantiene contacto constante con el español Sergio Toribio, uno de los activistas a bordo, así como con su familia. También ha convocado al encargado de negocios de la embajada israelí en Madrid para trasladar una protesta formal por la actuación en aguas internacionales.

Según el Gobierno israelí, los tripulantes del Madleen serán repatriados en los próximos días tras las gestiones consulares correspondientes. Israel mantiene que el bloqueo naval sobre Gaza responde a razones de seguridad, en el contexto del conflicto con Hamás, y que toda entrada no autorizada en la zona supone una violación de sus normas de defensa. Thunberg y el resto de los activistas serán expulsados sin cargos formales.

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