Una de cada tres mujeres europeas ha sufrido violencia física y/o sexual y sólo una de cada tres víctimas lo ha denunciado. Si dejamos al margen los casos de violación, acoso o violencia psicológica, lo que la mayor encuesta publicada sobre violencia de género en Europa nos dice es que 62 millones de mujeres en el continente han padecido a otros tantos millones de agresores, como toda la población de dos ‘Italias’, una de mujeres y otra de hombres.
Sin restar valor a la encuesta, lo cierto es que eso es, una encuesta basada en entrevistas cualitativas a 42.000 mujeres de 28 países de la UE. Por eso las cifras, de ser completamente rigurosas sin estar fundamentadas más que en el testimonio de las víctimas, dan espanto. El número de víctimas es sobrecogedor y obliga a exigir la puesta en marcha todas las medidas necesarias para luchar contra la violencia que padecen las mujeres de forma inmediata. Su dolor produce empatía y conmueve. Los otros números, los de los agresores, también dan espanto porque producen miedo, al menos entre las mujeres que leemos el resultado del estudio. ¿Hay en Europa 62 millones de hombres capaces de pegar a una mujer o de agredirla sexualmente? Según el informe, sí. Acongojante. Y eso que estamos hablando de Europa, cuna de la civilización. ¿Imaginan lo que debe de ser vivir en África o en Asia siendo mujer?
