«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Amo a Bárcenas

4 de febrero de 2016

La situación es la siguiente: 01:30 de la madrugada de un lunes de enero. En los altavoces suena en bucle la lista de reproducción de Taburete

Treintañera platónicamente enamorada de veinteañero. 

Veinteañero insolentemente seguro de sí mismo, de voz desgarrada, sonrisa descerrajada, mirada infinita y férreos principios. Discípulo incondicional del cuarto mandamiento pese a que su familia se haya convertido en la cabeza de turco de toda la podredumbre y la corrupción política de los últimos 30 años. Su cruzada le honra. Se llama Willy, es hijo de Bárcenas y yo no me canso de quererle en soledad, ni siquiera cuando le patina la lengua ante las impertinencias de un paparazzi en una noche de premiere o cuando se enfunda un smoking con el que sólo se atrevería Rick Blaine.

Don Guillermo, me ofrezco a convertirme en su musa para bailar frente a usted desnuda, a ayunar para acompañarle a Marvel, a ver amanecer en el Turkana o a que me muerda la yugular

Fantaseo con metamorfosearme con crisálida en Anita Pallenberg. Siendo usted Keith Richards y yo la groupie mas entregada del harén. O en mutar en Paulina Rubio para que me lleves al D.F. y esnifemos cactus al son de la ranchera que prefieras. Te prometo que sería la más afortunada si quisieras volver conmigo, porque nos quedaría mucho por hacer, poquito a poco, en sorbitos de 2 o 3 tequilas.

Quiero meterme contigo en el metro para comprobar cómo vuelan nuestras mariposas mientras dejo aparcado el car2go. Pero que sean unas mariposas que no sólo se posen, que se queden el ratito suficiente para preguntarles si quieren o no volar con nosotros.

Quiero que seas ese tren que me lleve por delante sin cuestionar tus contradicciones. Yo saludo a quien tu imaginación invente: a bakalas que meriendan en Embassy para después comer pared en misa o a marquesas que tras una tarde de calimochos decidan irse al Radikal de farra. Que crezca en ti la insensatez conmigo

Te prometo que nunca preguntaré quién es ella, es más, te presto mi sofá por si el mundo la saluda y no vuelve y prefieres quedarte conmigo. Porque yo contigo me iría a un motel en Teruel, a un telo en Buenos Aires, a un kibutz en Israel…

Te propongo que pases 10 vidas a mi lado y nunca te faltará el ron, ni en el avión, ni en los pantanos, ni siquiera en nuestra despedida. Estoy incluso dispuesta a que me digas: esto ya se acaba, esto ya se cierra, Guillermo ya se marcha, cierra la puta puerta. Y cuando acabe, cuando acabe todo esto, ya volverán los tacones, que perdí, por culpa del amor.

Nota del director:

Recordamos a los columnistas de gaceta.es que esta no es una página de contactos. Para ello hay webs especializadas que le darán un servicio mucho más gratificante.

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