«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid
Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid

Argentina, ¿qué hacemos?

12 de mayo de 2021

Conversando con un amigo sobre la aceleración brutal de la decadencia argentina del último año a esta parte, llegamos a la fatídica pregunta: ¿Qué puede hacerse? ¿Qué hacemos?

Existe una suerte de fatalismo, instalado en los espíritus por la doxa dominante, o sea, por el pensamiento global de izquierda, de que nada puede hacerse y que ya es demasiado tarde. La Argentina está condenada a convertirse en una Venezuela bis. Que los que puedan huir saquen a flote sus lujosos barcos, dirección hacia Miami, antes de que los balseros, sin plata, del Río de la Plata inunden con botes de triste fortuna las aguas del río y entorpezcan su navegación. ¡Sálvese, quien pueda salvarse! ¡Estamos todavía a tiempo de reinvertir lo ganado en tierras menos socialistas y conservar algo de buen pasar para los viejos días y los nuestros, con el recuerdo de aquello que alguna vez se llamó la Argentina. 

En esa disyuntiva, estamos todos los argentinos: ¿Me quedo o me voy?

Vemos con pavor el avance implacable y metódico de las sombras del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla en la región y, desazonados, pensamos que nunca más brillará el sol en las tierras del Plata. Nos olvidamos que cuanto más avanza la oscuridad de la noche, más cerca está el alba. Y que cuanto más totalitario es un sistema, más fragilidades contiene. 

Es necesario un clamor popular, una ola de manifestaciones azul y blanco en todo el país para recuperar la democracia perdida en manos de mafiosos

Quedan todavía muchos combates por librar y nada está aún perdido. Mientras quede algo de patriotismo en el alma de algunos argentinos, la patria estará a salvo, aunque parezca hundirse en la ciénaga del globalismo. 

Todo lo hecho por el Foro de São Paulo puede deshacerse, a condición, claro está, de que exista una voluntad política de frenar su avance. Es hora de que los políticos de la titulada oposición en la Argentina elijan de una vez por todas su bando: o el de los mafiosos de Puebla o el de los que quieren rescatar a la Argentina del derrotero en la cual Puebla la ha sumido. 

La oposición, una vez así definida, deberá abandonar todo trato con el kirchnerismo de turno para abocarse a la única tarea que deberá ser la suya: crear los medios necesarios para hacer oír su voz y recuperar el poder. Es imperioso que la única tarea de la oposición sea retomar el poder en la Argentina. En caso de que la oposición no cumpla con ese mandato dejará en claro que es culpable de la pena de los infames traidores a la patria, prevista por el artículo 29 de la Constitución Nacional, según el cual la vida, el honor o las fortunas de los argentinos [no pueden quedar] a merced de gobiernos o persona alguna. 

“Usted tiene razón, lo que quiero hacer es imposible, pero es imprescindible”

Es necesario un clamor popular, una ola de manifestaciones azul y blanco en todo el país para recuperar la democracia que se ha perdido en manos de mafiosos. Es necesario que hombres de buena fe se alisten en defensa de la patria y de su constitución. 

No existe otro camino. No podemos esperar de nuestros gobernantes, que no han sabido más que traicionarnos y engordar a costa nuestra, que empiecen a actuar de otra manera: debemos entrar, sacarlos y tomar el poder.  

Sin esa voluntad política, que hoy es una urgencia nacional, no puede haber, ni habrá, recuperación de la Argentina.

¿Dirán ustedes que esa empresa es imposible? Dos meses antes de cruzar la cordillera de los Andes con sus tropas, empresa alocada si las hay, el General Pueyrredón le reprocha a San Martín “lo que usted quiere hacer es imposible”. San Martín, le contesta: “Usted tiene razón, lo que quiero hacer es imposible, pero es imprescindible”. Es hoy imprescindible que los argentinos que aman a su patria, desalojen a los inquilinos de turno de la Casa Rosada y recuperen el poder para evitar que la Argentina desaparezca. 

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