«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El artificio independentista

3 de junio de 2015

El llamado “problema catalán” ha generado mucha literatura a lo largo de los últimos ciento veinte años y este aluvión de páginas impresas sobre cuestión tan espinosa se ha intensificado desde que el malhadado tripartito decidiera impulsar un nuevo Estatuto de Autonomía con la inestimable y docta colaboración de José Luis Rodríguez Zapatero. La ofensiva separatista protagonizada por el Muy Mediocre Artur Mas, a la vez que salían a la luz los abundantes latrocinios del Muy Imputable Jordi Pujol y sus retoños, ha dado todavía más alas a este afán escrutador de la relación Cataluña-España, como si se tratase de dos entes distintos y no de lo que en realidad son, una parte integrada en un todo. En el amplio conjunto de libros que abordan el tema desde distintas perspectivas, la histórica, la económica, la cultural, la lingüística y la política, destaca una obra vibrante, fresca y rompedora que firma la periodista Anna Grau. La autora, catalana, española y cosmopolita, ha conseguido algo muy difícil y meritorio, tratar un asunto que tiende inevitablemente al dramatismo con un distanciamiento humorístico que, sin perder para nada el rigor conceptual y la precisión informativa, sitúa a los protagonistas de esta tragicomedia en su verdadera dimensión, la de políticos embaucadores que manipulan sin escrúpulos sentimientos y que fabrican agravios al servicio de una épica provinciana y de un electoralismo ramplón. 

Anna Grau escribe muy bien en español y en catalán y, tal como nos sucede a muchos catalanes, dota a su gramaticalmente impecable castellano de una estructura mental catalana, lo que produce un metalenguaje híbrido que reúne lo mejor de ambos mundos semánticos combinando de manera magistral, tal como señaló Josep Ferrater Mora en su disección del alma catalana, el seny y la ironía. Anna domina tan a fondo el arte de la metáfora que consigue imágenes de brillante originalidad que sumen en el ridículo a los personajillos secesionistas con los que conversa, pero en un tono de respeto compasivo que aún los hunde más en su pequeñez aldeana. El título de su largo ensayo-reportaje es ¿Los españoles son de Marte y los catalanes de Venus?, interrogante que anuncia el enfoque general del contenido, un recorrido galopante y desenfadado por los vericuetos de la cuestión catalana desde la Renaixença hasta hoy, con especial énfasis en la fase estrictamente contemporánea del culebrón. Al libro se asoman numerosas figuras de la vida pública española y de la catalana en particular cubriendo ámbitos muy diversos, a las que Anna Grau somete a sus preguntas, manejadas como inmisericordes escalpelos que viviseccionan contradicciones, cobardías, falsedades, oportunismos e hipocresías sin perdonar ni juzgar, dejando que sea el lector que extraiga sus propias conclusiones.

Al final, tras disfrutar de las más de doscientas páginas de ¿Los españoles son de Marte y los catalanes de Venus?, que se hacen cortas por su ingeniosa amenidad, emerge una verdad que resplandece atravesando la tupida maraña de bajas pasiones, miserias e inventos de los separatistas: el problema catalán es un artificio político, alimentado por políticos con fines específicamente políticos y los catalanes vivirían mucho mejor y su salud mental sería más completa si se desprendieran de este fardo insufrible e integraran su triple condición catalana, española y europea sin tensiones ni desgarros. Es de esperar que se vendan miles de ejemplares de este conseguido producto de la experiencia, la sagacidad y el talento de una auténtica catalana que, como tal, no está para monsergas lacrimosas que sólo conducen a la frustración y al fracaso.

 

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