«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.
Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.

Ayuso, agua, aceite y el Niágara

20 de abril de 2023

Yo tuve una compañera de trabajo que cada vez que conocía a alguien gay le decía «te voy a presentar a mi amigo Fulanito». Los interpelados solían preguntar por qué y ella respondía demostrando que lo tenía clarísimo: «porque también es gay». En su cabeza era automático que tenían que gustarse. La idea es tan absurda -y ofensiva- como que a mi me presentasen a cualquier hombre heterosexual que pasara por la calle. No era la única tara que tenía esa pobre, que también estaba segura, solo Dios sabe el porqué, de que las Cataratas del Niágara estaban en Nueva York. 

Cada vez que leo o escucho a alguien ofendido con Vox porque no se pliega a ser la muleta del PP, me acuerdo de ella. Muchas personas, con ideas más o menos conservadoras o de centro-derecha, dan por hecho también que Vox y PP están condenados a entenderse porque, a priori, los dos tienen como objetivo primordial librarnos de la plaga sanchista. Lo del Partido Popular es más una ilusión que una realidad, pero aceptaremos pulpo. Por eso, cuando Vox ve violados los compromisos de investidura o de gobierno en Comunidades como Andalucía, Castilla y León o Madrid, y se planta, recibe ataques furibundos de medios y votantes centradísimos pero cortísimos de miras.

El paradigma de esta actitud son los Presupuestos de la Comunidad de Madrid. Son el ejemplo que Génova ha encargado que nos repitan mañana, tarde y noche hasta las elecciones autonómicas y municipales de mayo: Madrid no tiene Presupuestos porque Rocío Monasterio ha votado con la izquierda -osea, lo que está haciendo el PP este mismo jueves en el Congreso salvándole la cara a Sánchez con la Ley de ‘Solo sí es sí’ mientras él se va a Doñana-. La única responsable de que la Comunidad no tenga las cuentas aprobadas se llama Isabel Díaz Ayuso. Pedirle a Monasterio que se trague un sapo como la Ley Trans de Cifuentes es decirle a dos homosexuales «gustaos porque sois gays». 

Ayuso y Monasterio parecen a veces el agua y el aceite. No creo que ellas lo sean especialmente. Ambas son guapas, listas, extremadamente simpáticas, y Ayuso, no se puede negar, es un fenómeno político construído por la izquierda pro visto pocas veces. Supongo que en lo personal se caen incluso bien, como las dos nos caen a la mayoría de votantes de PP y Vox. Pero los principios sí suelen repelerse con la ausencia total de principios. Que cada uno decida cuál los tiene y cuál no.

De Santiago Abascal lo que más me gusta es su realismo. Son incontables las ocasiones en las que lo he escuchado afirmar que Vox tendrá que entenderse con el PP para gobernar España. ¿Es su ilusión? Pues no. ¿Es la opción que parece más probable? Sí. Pero Vox no nació para sujetarle el bolso al PP. Y hasta que sea la opción principal de gobierno, si eso llega, sus votantes tienen tanto derecho a obtener victorias en la vida pública como los del Partido Popular. Y sus líderes hacen perfectamente bien en no regalar el voto de sus electores a cambio de nada. En el momento en que Rocío Monasterio, Santiago Abascal, o cualquier miembro de su grupo sea necesario para cualquier ejecutivo, es una obligación moral exigir que su programa se cumpla en la proporción en que sean esenciales sus votos. Lo del todo a cambio de nada no es democrático. Y las Cataratas del Niágara no están en Nueva York.

.
Fondo newsletter