Bankia fue el símbolo de la “quiebra económica” de España. Fue en mayo de 2012 cuando en una operación sin precedentes en cuatro días, se intervenía la entonces cuarta entidad financiera española y la segunda en créditos hipotecarios, se cesaba fulminantemente a su presidente (Rodrigo Rato) y a todo el Consejo de Administración, se cesaba igual de fulminantemente al consejo dueño de Bankia BFA, se nombraba a Goirigolzarri como responsable de Bankia y el FROB metía unos 22.500 millones de euros de todos los españoles.
Cuatro días de infarto, de conmoción social y política porque nadie entendía nada. ¿Como era posible que un banco auditado pública y privadamente, con los pertinentes permisos del Banco de España para tomar todas y cada una de las decisiones que tomaron, con los interventores del banco de España dentro de Bankia, cotizado en bolsa, y bajo la supervisión de la CMNV colapsara?
Pues colapsó. Y con Bankia casi colapsa el país completo. In extremis, en Julio de 2012 se llega a un acuerdo con el BCE y la Unión Europea para firmar el MoU, que permitiría a España estabilizar su economía dos años después. Un acuerdo fundamental al que acompañaron otro tipo de medidas estructurales.
En menos de dos años Bankia también se ha estabilizado. La labor del equipo de Goirigolzarri ha sido sin duda alguna la clave. Desde ésta semana, el FROB ha empezado a vender en el mercado parte del capital que controlaba en Bankia. El estado comienza a “desnacionalizar” Bankia vendiendo el 7,5% a 1,50 euros por acción. Esto supone unos ingresos para el estado, las arcas públicas de 1.290 millones de euros. El estado mantiene aún el 60,9% de Bankia a través de su matriz BFA. El proceso total de “desinversión” finalizará en dos o tres años, dependiendo de la evolución de los mercados y de la demanda. El estado seguirá en éste tiempo realizando estas “ventas selectivas” a inversores institucionales e internacionales.
En dos años, Bankia ha cambiado también la percepción de Marca España. Su capacidad de reinventarse, ganar incluso clientes tras una verdadera “cruzada del desierto” para llegar a acuerdos con los tenedores de preferentes con un 80% de los afectados que han negociado sus inversiones, la refinanciación de créditos malos, la negociación con miles de hipotecados incapaces por la crisis de hacer frente a los pagos de sus responsabilidades financieras, y la nueva imagen sin cambiar el nombre ni el logo, son sin duda, digno de alabanza.