Algunos periodistas consultados por esta web -gaceta.es- dan a Rajoy casi un notable tras sus intervenciones de ayer, y suspenden a Rubalcaba, en líneas generales.
Personalmente, soy de los que ha dado una calificación más baja al presidente del Gobierno, un aprobado raspado, mientras otros tiran hacia arriba.
Lo hago por dos motivos: 1) El Gobierno ha conseguido virar el rumbo y comenzar a generar confianza en los mercados, pero había también otros modos de hacerlo, más en consonancia con el ideario del PP. Es decir, sin machacar a impuestos a todos. Por ejemplo, reduciendo con más rapidez el gasto.
Y 2) Si todo en la vida fuera macroeconomía, necesaria sin duda para crear empleo bienestar, en lugar de a un gobierno votaríamos a Deloitte, Accenture, McKinsey, o a alguna de las grandes consultoras del mercado. Es posible que lo hicieran mejor, o al menos igual.
Detrás de las cifras hay personas inmersas en una civilización, hay políticas con unos valores, con concretos derechos y libertades. Y salvo en el tema de la unidad de España y Cataluña, y algo en materia educativa, Rajoy es poco partidario de dar batallas culturales. A ‘sensu contrario’, a Rubalcaba no le interesa la macroeconomía, y así nos fue en los años de Zapatero (y Rubalcaba): gastadores incorregibles.
El presidente es muy dueño de actuar así, pero Rubalcaba y la izquierda dan las batallas culturales, como se demostró ayer.
Lo comentaremos en el Informativo 14,30 de Radio Inter, con nuestro analista José María Francás.