«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Periodista, documentalista, escritor y creativo publicitario.
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Cada día estás más guapa

27 de febrero de 2025

Esta sea posiblemente la frase que todas las mujeres pagarían por escuchar cada mañana. Seguramente lo de menos sea quien la pronuncie. 

Siempre es mejor que sea tu marido, pero también sirve si quien te lanza el piropo —en algunos casos el cumplido— es tu madre, tu amiga o el panadero de la esquina. 

En la mayoría de los casos, detrás de la frase existe un verdadero afecto hacia la persona a quien va dirigida. No se le dice a cualquiera, la intención clara es agradar, hacer más llevadero el día, alegrar la vida, o simplemente hacer la pelota a alguien.

La mayoría también pagaría para que esas palabras fueran verdad y no sólo un cumplido, pero eso es algo materialmente imposible en la mayoría de los casos. Los cambios fisonómicos son lentos, imperceptibles de un día para otro y, además no siempre van en la misma dirección. Las orejas y la nariz por ejemplo son órganos de nuestro cuerpo que nunca dejan de crecer. Pude comprobarlo con mis abuelos y mis tíos abuelos quienes, fallecieron casi todos más cerca de los cien que de los ochenta años, gracias a Dios.

Pero, por desgracia, la mayoría nos acostamos todos los días sin que alguien nos haya dicho lo guapos que estamos. Y eso no es un drama, es algo con lo que se puede vivir, y vivir bien, si uno tiene los afectos bien ordenados, por supuesto.

Y por eso muchos nos quedamos ojipláticos cuando la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, visiblemente afectada, contó hace pocos días la desagradable experiencia que tuvo que vivir en el Congreso cuando alguien le dijo: «Cada día estás más guapa».

Una verdad que cuesta creer, sabemos bien que esa gente es capaz de inventar las historias más rocambolescas con tal de conseguir un poco más de fama, sumarse al carro de las mujeres víctimas y justificar sus discursos suicidas y de odio contra los hombres y la naturalidad de la vida. 

Pero, aunque el hecho en sí mismo fuera falso, lo que le dijeron es una verdad como un templo. Yolanda cada día está más guapa. Los peinados y los vestidos con los que la vicepresidenta engalana su cuerpo desde que tiene cargos de responsabilidad han jugado a su favor. Y desde aquí lo celebramos. Todo el mundo tiene cosas bonitas y, realzarlas o potenciarlas responde al deseo innato en todos de tender a la belleza.

Su caso además demuestra que el dinero y el poder pueden ayudar a ese objetivo —aunque no siempre—, si bien es cierto que la gente verdaderamente elegante puede serlo teniendo sólo cinco euros en el banco y sin más poder que el de elegir hoy entre comer garbanzos con patatas o lentejas con arroz.

Yolanda cada día está más guapa, pero banalizar las agresiones o la discriminación y hacer el ridículo hasta límites inimaginables son dos cosas que neutralizan la primera. Compadezco a la señora Díaz, muy mal lo tiene que estar pasando si de verdad le molesta que le digan que cada día está más guapa. No se lo deseo a nadie. 

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