Decidimos ser país de castas. De la mano de los que entraron en política señalándolas y de un socialismo que ya ni disimula, aunque mantenga Pages que lavan más blanco. Se suma al blanqueo la parejita González-Guerra, que mató a Montesquieu, y que denuncia al PSOE… después de haberlo votado. ¡Vaya por Dios! González y Guerra entraron en política para acabar con los señoritos andaluces, pero contribuyeron, al redactar la Constitución y negociar el cupo, a engordar a los vascos. Los unos por los otros. Los señoritos vascos son esos que reciben el doble que el resto de españolitos para educación, sanidad, dependencia y asuntos propios. Los señoritos vascos por excelencia, los recogenueces, después de haber traicionado a todo el que se puso por delante, serán sustituidos por los terroristas de Bildu. Y yo que me alegro. Prefiero el original a la copia. Y me alegra ver a los traidores traicionados. Otegi, lendakari. A favor. ¿Para qué poner a un tonto útil como el diputado Matute? Matute es un menda que dice estar en contra del terrorismo pero milita en un partido de terroristas. Es el Page de Bildu. Mejor Otegi. Aquella es una sociedad enferma que ve normal un lendakari que obligó a su rehén a jugar a la ruleta rusa.
Ahora a la casta vascuence se une la catalana. Los españolitos pagaremos a los polacos sus asuntos propios, sus deudas, consultas, caprichos y servicios públicos. Es lo que han votado los extremeños, que suspiran por su tren y seguirán sin tenerlo. O los valencianos, que aguantamos nuestra infrafinanciación. Los catalanes y vascos no sólo no pondrán un euro para ayudarnos sino que, además, nos sacarán pasta para sus cositas.
Urkullus y Aragoneses destrozan sus comunidades autónomas a base de políticas nacionalistas e imposiciones lingüísticas. Pero no lo pagarán en las urnas. Los españolitos que tanto desprecian mandamos allá tal cantidad de dinero que sus votantes no sienten el desastre. Es cojonudo. Dicen que se quieren ir de España, pero es mentira. Quieren seguir chupándonos la sangre.
Algunos propusimos acabar con los privilegios vascos, los partidos terroristas y la sobrerepresentación de los nacionalistas en el congreso. Ni una formación política votó con nosotros. Y nos dijeron de todo menos bonitos.
Falta la otra casta, la política: se va a amnistiar a cientos de delincuentes que robaron y dieron un golpe de estado sólo porque son útiles para que el socialismo siga en el poder. Miss Paro viajó a Bruselas con su blusa de volantes, su sonrisa de buitre y sus andares de pasarela para blanquear al del maletero. Una gallega y un catalán conspirando en español. Los políticos, como algunas secuestradoras de niños, podrán delinquir. No son como el resto. Tienen derecho a indulto y a amnistía. Una casta sustituye a otra. Y ahora viene el coñazo de las explicaciones. Cargos políticos, tertulianos y periodistas ejerciendo de mamporreros del régimen. Ojalá tuvieran el valor de hablar a las claras y ahorrárnoslas.