Desde muchos ámbitos políticos y judiciales, se ha protestado con energía, incluso con amenazas de delito, por las manifestaciones en apoyo del presidente de la Generalitat Artur Mas en el momento de declarar como imputado. ¿Qué decir a este respecto?
Primero vamos a los hechos, como siempre hacemos. Es evidente que se celebró un simulacro de referéndum, que había sido previamente declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, que “alguien” dio la orden de que, a pesar de eso, el simulacro independentista se llevara a efecto, que existió una contravención de lo acordado por el citado Tribunal. Hasta aquí hechos. ¿Son tales hechos constitutivos de un delito de desobediencia o prevaricación? ¿Quien o quiénes son penalmente responsables?.
Esto es un asunto diverso. Que no es del todo claro se percibe observando como la Fiscalía mantuvo serias dudas y hubo de intervenir la autoridad del Fiscal General para que la querella contra Mas fuera presentada. Alguien puede decir que esa actitud de la Fiscalía no fue debida tanto a dudas jurídicas como a temores o presiones políticas. Puede ser. Mi experiencia personal no me permite negarlo rotundamente. Pero, en fin, dejémoslo asi.
¿Es la primera desobediencia de las autoridades catalanas al Tribunal Constitucional? No. ¿Alguna vez ha reaccionado como debía el Poder Central ante esas desobediencias? No que yo sepa. ¿Afectan a cuestiones “previas” que fomentan el independentismo? Sí, por ejemplo en materia de lengua. ¿Desobedecer sin que pase nada constituye polvos de los que vendrán lodos? Pues evidentemente sí. A la vista está.
Cuando acude a declarar como imputado Arthur Mas se forma una manifestación de cientos o miles de personas. ¿Es novedad algo semejante en nuestro singular modo de ver la Justicia?. Pues no, evidentemente no. ¿Necesito aportar datos concretos o es tan claro que no pierdo el tiempo?. Mejor no perderlo que escasea. ¿Es la única forma o la mas efectiva de intimidar a la Justicia? Pues claro que no, porque para eso están los medios de comunicación. ¿Acaso no hemos visto hasta la saciedad como los medios de comunicación, con sus juicios paralelos, tratar de influir en los jueces de modo terminante orientando sus resoluciones a la finalidad política que esos medios defienden?. Evidentemente sí. ¿Es mas efectiva una manifestación de unos cuantos cientos de personas, o tienen mas poder reales los editoriales de medios poderosos, informes semanales, programas de radio, tertulias…? Pues evidentemente lo segundo.
Bien, entonces, ¿cuántas veces se ha rasgado las vestiduras el poder ante esos ataques a la Justicia? Cuando le beneficia, ninguna. ¿Se han usado desde el poder medios de comunicación para esta finalidad?. Es tan obvio que sonroja tener que escribirlo. Un ejemplo: Polanco, presidente del diario El País, me dijo que en su organización tenían a una persona, el argentino Ekaizer, destinado a “trabajos sucios”. ¿Que son “trabajos sucios”? Pues esto de lo que estamos hablando, —entre otras lindezas periodísticas— así que ya basta de tonterías que no somos niños. Que el diario El País proteste en un editorial es mas que una tomadura de pelo.
¿Es la primera vez que en Cataluña se usa una manifestación de este tipo para influir en un proceso penal? Pues no: ya lo hizo Jordi Pujol en el caso de la querella por banca Catalana. ¿Protestó el poder de entonces? Pues no. ¿Qué hizo? Presionar a los jueces para que le absolvieran. ¿Le absolvieron? Si. Si eso ya funcionó una vez ¿por qué se extrañan ahora de que vuelvan a intentarlo?. En aquellos días la cuestión independentista no estaba tan candente. Ahora obviamente lo está. Por ello, si aquellos fueron polvos gordos ahora tenemos lodos inmensos. ¿De quien es la culpa? Pues evidentemente del poder que consiente estas cosas, que las usa, que manipula, que nombra a los jueces a su antojo, que les presiona de diferentes modos, que alerta a los medios de comunicación para que cumplan sus fines, que utiliza a las televisiones públicas para atacar de facto a la independencia judicial… Esto lo ha ejecutado el Poder Central muchas veces. Ahora Mas y los suyos también lo llevan a cabo con sus propios medios.Pues eso: si tú lo haces, yo también. Aprendices de brujo
¿Esta bien que se manifiesten alcaldes y autoridades de la Generalitat? Pues no, No está bien. ¿Es un delito? Pues no, no lo es. ¿Deben los jueces sentirse atemorizados por ello? Pues no, no deben. La Justicia debería ser ciega y a los jueces les debería importar tres o cuatro pepinos que existan esas manifestaciones o que les presionen desde los medios de comunicación. ¿Es que tienen miedo a algo? Pues las presiones están para ser soportadas. No es obligatorio ser juez, pero sí que lo es resistir presiones cuando se ejerce el cargo. Sí, pero ya sabemos que al final de la llamada Justicia aparece el juez, el hombre, con sus grandezas y sus pequeñeces, sus ambiciones, deseos, temores…
Todo esto no es mas que, insisto, la consecuencia evidente de los errores en la manipulación de la Justicia desde su origen en el nombramiento hasta su desarrollo en procesos y sentencias. Sucede que, cuando se manipula a favor del poder, todo es limpio y claro. Pero cuando las cosa te salen regular, entonces se pone el grito en el cielo defendiendo la “pureza judicial”. Es un espectáculo cínico.
Está claro que los independentistas le tienen tomado el pulso al Poder Central. Desde hace tiempo. No les importa ni amedranta lo mas mínimo que les acusen o que se querellen. Mueven a las masas a su favor y una querella se transforma en un activo. De hecho Mas está mas cerca de ser nominado Presidente hoy que ayer. Y es que cuando el funcionamiento institucional se prostituye el caos es inevitable. Y en el caos unos funcionan mejor que otros.