«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Fernando Sánchez Dragó (Madrid, 1936) es escritor. Ha sido en dos ocasiones Premio Nacional de Literatura. Ha ganado el Planeta, el Fernando Lara y el Ondas. Como periodista de prensa, radio y televisión ha hecho de todo en medio mundo. Ha sido profesor de Lengua, Literatura e Historia en trece universidades de Europa, Asia y África. Sigue en la brecha.
Fernando Sánchez Dragó (Madrid, 1936) es escritor. Ha sido en dos ocasiones Premio Nacional de Literatura. Ha ganado el Planeta, el Fernando Lara y el Ondas. Como periodista de prensa, radio y televisión ha hecho de todo en medio mundo. Ha sido profesor de Lengua, Literatura e Historia en trece universidades de Europa, Asia y África. Sigue en la brecha.

Cherchez la femme

4 de abril de 2023

Fue Alejandro Dumas (padre) quien utilizó por primera vez ese dictum de alcance universal en su novela Los mohicanos de París, que es de 1854. La contundente frase en la que lo hizo, traducida al español, decía: «¡Buscad a la mujer, pardiez! ¡Buscadla!».

Y a partir de ahí se convirtió en cliché repetido hasta la saciedad en la sociedad y, sobre todo, en la literatura detectivesca. Las faldas, y cuanto más alegres, mejor, suelen ondear a menudo entre los móviles de los crímenes.

Pero no sólo… Lo cierto es que también sirve esa capea para entender la historia universal y la particular, escudriñar sus entresijos y despejar sus incógnitas. Acontecimientos muy recientes escenificados en el ruedo ibérico lo demuestran. 

Enumero algunos… Las leyes de género, la de transexualidad, la del sí es sí, la de barra libre al aborto, la de la prohibición de ejercer el oficio más antiguo del mundo y perseguir a quienes lo financian o de él se benefician, el escándalo de Tito Berni, sus compinches y sus pupilas, la propaganda institucional en pro de las mujeres entradas en años o metidas en carnes, las numerosas violaciones perpetradas en grupo o a título individual, el recrudecimiento de las agresiones y asesinatos en el ámbito de la pareja y, last but not least, el lío monumental –casi una guerra civil sin salvas de fusilería por el momento– que los cotillas, los chismosos, los envidiosos y los hipócritas de la gran corrala subpirenaica y subcantábrica están montando en torno a una nimiedad como lo es, mírese por donde se mire, la gestación subrogada de la hija de Ana Obregón.

Conste al respecto que a mí me dan repelús las manipulaciones genéticas y las fertilizaciones artificiales, pues ignoramos sus consecuencias a largo plazo, y que nunca me he sometido ni me sometería a ellas, pero eso no me impide reconocer en aras del libre albedrío y de la ausencia de daños a la recién nacida y a cualquier otra persona implicada en el caso el legítimo derecho de la bióloga, actriz y presentadora citada a reproducirse como u ética y su estética le dé a entender.

El ruedo ibérico, decía yo antes, convertido siempre en esperpento de Valle-Inclán y en grotesca imagen del Callejón del Gato… 

Sí, pero no sólo. Véase, sin necesidad de acudir a Nefertiti, a Cleopatra, a la Julia de Posteguillo, a Mesalina, a Teodora, a la Reina Virgen, a la Pompadour, a la Du Barry, a Catalina la Grande, a María Antonieta, a nuestra Isabel II, a la Pasionaria, a la esposa de Mao, a Golda Meir, a la Thatcher, a la Merkel, al gineceo de Pablo Iglesias, a Yolanda la Fashionaria (¡qué miedo!) o a la siniestra Kirchner, lo que ahora mismo sucede en Estados Unidos a cuento de las relaciones entre Trump y una pornogirl que tiene nombre de tempestad.

Yira y yira el mundo, como dicen el tango y Arcadi Espada, pero al final siempre lo hace en torno al quicio de una mujer, al vicio (llamémoslo así, aunque virtud sea) que no tiene enmienda, al ars amandi de Ovidio, al amor che il sol muove e l’altre stelle de Beatriz y Dante, y a la libido, palabra que Freud rescató del latín aunque en él significaba otra cosa, emparentada con el deseo, el ímpetu y la energía. En el fértil caladero del golfo de sombras de la mujer, como pintó Courbet, palpita el origen del mundo y, en definitiva, su presente y su futuro. Más tiran tetas que… ¿Heteropatriarcado? ¡Venga ya! Dejemos, como mucho, esa monserga ideologizada y sin fundamento histórico ni sociológico en el cincuenta por ciento, y me quedo largo. Fue Eva, y no Adán, quien llevaba la iniciativa en el Paraíso y pasó la manzana, que yo, como sumiso varón domado, también he mordido.

A esa contra elegetebina evidencia sólo cabe oponer el más desenfrenado puritanismo, como hacen los elegetebitas, los yolanditas, los podemitas, los santurrones de la izquierda, los chicuelos impúberes de la guardería woke y los destrozones de la corrección política, pero contraproducente es tan pudibunda estrategia. La prohibición fomenta lo que prohíbe, después de Savonarola siempre llega un marqués de Sade y la mojigatería induce al libertinaje. Lo estamos viendo.

Cherchez la femme, amigos, y entenderéis la historia universal.  

Y la individual. ¡Si lo sabré yo!    

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