De igualdad inigualable
con arrobas de insistencia
predica su moralina
achantando a cada tecla.
Falangista digital
bien se crece en agujetas
de la uña al metacarpio
señalando cada ofensa.
Cómo truena al educar
en su púlpito de Ikea:
será el ángel más custodio
que la res pública espera.
Torquemada en palio ateo
la lista de sus afrentas
mide el ancho de un bostezo
por el largo de una hoguera.
Con las ascuas de un beato
lanza hashtags como obleas:
no habrá géneros ni razas
ni especies en su presencia.
Susceptible a cada herida
ciudadano de pureza
es más justo que un Pericles
más demócrata que Atenas.
Tanto afán de corrección
suena a vivan las cadenas
también de televisión
compañeros, compañeras.
Ya no les queda palabras
que medir mientras nos vetan
el mear fuera de tiesto
o, en rigor, fuera de tiesta.