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Este fin de semana se celebra en Málaga una convención nacional de Nuevas Generaciones, la rama juvenil del Partido Popular. Se supone, en principio, que las organizaciones juveniles de los partidos son una especie de cantera de futuros dirigentes, que en esos años profundizan su formación y se adiestran en las experiencias de la acción política, tanto electoral como de gobierno, familiarizándose con el funcionamiento de las Administraciones Públicas, etc. Por desgracia, no pocas veces estos laudables propósitos no se traducen precisamente en realidades, y de modo semejante a lo que ocurre con las cárceles (previstas teóricamente por las leyes como establecimientos de rehabilitación social y, de hecho, escuelas de delincuencia), las organizaciones juveniles de los partidos más bien dan la razón a quien, con certera expresión, lamentaba que los aprendices de políticos aprenden allí antes las trampas que el reglamento del juego, y en lo que acaban siendo maestros consumados es en el difícil arte de convertir la política y el servicio público en un lucrativo modus vivendi. Sea ello lo que fuere, el caso es que como ningún partido tiene la menor intención de suprimir su respectiva organización de juventudes, sólo cabe esperar que los responsables de la cantera cobren conciencia de la importancia de una buena formación de esos alevines, a quienes hay que inculcar que aprendan primero las buenas prácticas y que las marrullerías no conducen a nada bueno, aunque el ejemplo de algunos de sus mayores parezca indicar lo contrario.
El desarrollo de esta convención va a seguir unos procedimientos más propios de un talk show, en forma de entrevistas y coloquios, que de un congreso al uso. Dicen que es para dar más aspecto de modernidad al encuentro; pero probablemente también puede obedecer este cambio a algunas experiencias de convenciones y congresos pasados, que se fueron de las manos de la dirección del partido y acabaron con unas resoluciones que podrían ser las de una organización juvenil de izquierda populista o fruto de un invencible complejo de inferioridad por pertenecer a la rama juvenil del PP. Los asuntos que se tratarán tienen sobre todo el interés de ver por dónde van a ir las líneas maestras de la propaganda del Partido Popular en el futuro próximo: economía y empleo, educación, política social, relaciones internacionales, comunicación política. Habrá también una tertulia sobre “valores”, pero no es seguro que este clásico de los congresos de Nuevas Generaciones aporte novedades dignas de mención: la presidenta de NN GG de Andalucía ya tiene declarado que si le dijeran que su hijo viene con malformaciones, no lo tendría.