Elena Valenciano ha reclamado Ć©ste fin de semana ante sus conmilitones socialistas europeos āsalarios dignosā. SerĆ” para el resto de los mortales porque ella ya se ha garantizado uno āotro- durante al menos una legislatura mĆ”s. Ya lo percibĆa como nĆŗmero dos del PSOE pero como por Ferraz pintan bastos, y mas que pueden llegar, nuestra experta de cabecera en relaciones internacionales, que tal fue su cargo en aquella ejecutiva durante muchos aƱos, serĆ” diputada en Estrasburgo donde percibirĆ” una pingüe remuneración, mĆ”s dietas, mĆ”s viajes, mĆ”s hotel, mĆ”s cantidades extra para sus asistentes, mĆ”s⦠por empeƱarse en seguir llevando hasta el europarlamento asuntos como la precariedad laboral y lo mala que se estĆ” poniendo la vida para la clase obrera a la que ella (quĆ© vulgaridad) no pertenece, si es que alguna vez lo hizo. Ā Ya saben, esos presuntos recortes sociales que el gobierno de Rajoy aplica a otros que no son precisamente quienes, como la seƱora Valenciano, viven de denunciarlos.
Tengo la sensación de que llevo demasiados aƱos en Ć©sta profesión, mĆ”s de dos dĆ©cadas, y desde que empecĆ© a juntar letras no he conocido demasiados polĆticos diferentes de aquellos los que sigo frecuentando⦠La propia Valenciano y su todavĆa jefe Rubalcaba, Arenas, Mato, Esperanza, Llamazares, el tal Meyer, Rosa DĆez (que lleva mĆ”s de tres dĆ©cadas viviendo āy muy bienāĀ de la cosa pĆŗblica pero habla con desprecio de sus compaƱeros, como si ella fuera sexadora de pollos) , Duran i Lleida āĀ”como olvidarme!- López Garrido, Posada, Villalobos, Mayor Oreja, AzkĆ”rraga⦠”Alfonso Guerra!… me muevo por los pasillos del Congreso y sigo viendo como mis compaƱeros y compaƱerasĀ āciudadanos y ciudadanas, amigas y amigos, vascos y vascasāĀ periodistas, muchos de ellos se corta edad, siguen poniendo sus alcachofas frente a la boca de los mismos personajes, que a diferencia de Pirandello no buscan autor porque no les hace falta alguna. Mi afición al fĆŗtbol me hace recordar una vieja alineaciónĀ ādicen que todos los que fuimos niƱos y coleccionamos cromos tenemos al menos unaāĀ que aĆŗn resuena en mi cabeza: Arconada, Camacho, Tendillo, Alesanco, Gordillo⦠Santillana, López Ufarte⦠y entonces, buena parte de los citados ya eran profesionales de la polĆtica. ĀæSerĆ” verdad lo de la vocación de servicio, el amor a EspaƱa, el sacrificio que supone el dedicar los mejores aƱos de tu vida (a veces casi todos) a Ć©ste desprestigiadoĀ āseguro que sin razónāĀ oficio? ĀæSerĆ” que muchos no tienen Ā āhabida cuenta de que en los consejos de las elĆ©ctricas no caben todos ni de lejosāĀ adonde ir fuera de Ć©l?
Un viejo y querido compaƱero de batallas periodĆsticas en una vida anterior me hacĆa notar la cantidad de caviar que hay que ingerir haciendo de periodista en sitios de lo mĆ”s variopinto para llevar unos garbanzos a casa. Creo que mĆ”s de uno pensarĆ” a diario en la cantidad de mĆtines que hay que dar y el sinnĆŗmero de ruedas de prensa que hay que aguantar para llevar unos miles de euros a casa un mes tras otro⦠SĆ que se estĆ” poniendo jodida la vida, sĆā¦