«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.
Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.

Dale, Ramón

19 de marzo de 2023

Un aire fresco se cierne sobre el Congreso de los Diputados: el aire del sentido común y del patriotismo.   

Contra este aire fresco se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja política española, los medios y la Sexta, los de la gestión y todos los radicales celtibéricos. Creo que al Papa poco le importa, y el zar, Metternich y Guizot ya no están. Los herederos de los radicales franceses organizan un boicot utilizando a las ¡mujeres! Y de los polizontes alemanes ni se sabe, ni se les espera; ocupados están en reinar sobre Europa.

No hay un solo partido de oposición a quien los adversarios gobernantes no motejen de comunista o de ultraderecha ni un solo partido de oposición que no lance al rostro de las oposiciones más avanzadas, lo mismo que a los enemigos reaccionarios, la acusación estigmatizante de comunismo o ultraderecha.  

(A la vez y sin pudor, todo hay que decirlo. Surrealista. Pero sigamos con esta paráfrasis en el sentido de reescritura del Manifiesto Comunista).

De este hecho se desprenden dos consecuencias: la primera es que VOX se halla ya reconocido como una potencia por todas las potencias españolas (Gramsci, inevitable). La segunda, que es ya es hora de que VOX exprese a la luz del día y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo así al paso de esa leyenda del espectro con un manifiesto de un lúcido profesor de voz nonagenaria, tronante y sugestiva.

VOX tiene el apoyo hoy de aproximadamente el quince por ciento del electorado. Un apoyo especialmente intenso, e interesante por lo que tiene de novedoso, entre la gente joven, el medio rural y algunos votantes de la izquierda más humilde. A diferencia de otros partidos más viejos y también de otros partidos de nuevo cuño, este apoyo es esencialmente ideológico. Quiero decir que el apoyo se basa en una sintonía en positivo, no en una protesta. Hay sintonía en abrir una serie de debates que se consideran fundamentales y que los otros partidos del espectro consideran que hay que hurtar a la opinión pública en un tancredismo afrancesado como el de Gambetta cuando decía de la Alsacia: Pensons-y toujours, n’en parlons jamais (pensamos siempre, no hablamos sobre ello jamás). Enriquecedora política de contrastes en el sentido que nos pedía Guardini.

Wokismo, dogmatismo climático, lealtad perruna a las comunidades autónomas, absolutismo de las políticas de género, globalismo de las agendas 2030 son algunas de las unanimidades que VOX ha hecho volar por los aires. Pero VOX no se queda en una posición negativa, de mera protesta, sino que se han reivindicado cuestiones tan básicas -pero también arrumbadas- como son la defensa de la familia, de la patria y del individuo. De gran atractivo esto último, la defensa del individuo, sólo VOX levanta su voz frente a un estado apabullante y esquilmador; tan bien definido por el diputado Figaredo, como un auténtico sádico fiscal.

Tamames, desde la probada independencia -¡y como lo ha demostrado estos días!-, parece que se hará eco de todas estas cuestiones en un discurso que debería escucharse.

Dale, pues, Ramón, dale fuerte a una moción de censura muy merecida para un gobierno que sólo se puede calificar de desastroso y que nos lleva galopando hacia la ruina. Un gobierno agotado y enclenque con un presidente que ni siquiera puede cesar a sus ministros, y totalmente ajeno a la realidad política y electoral de España, que elección a elección le castiga de forma contundente (sin duda, hasta la derrota final). Un gobierno esperpéntico a quien sólo toma en serio una principal oposición eternamente acomplejada.

Una moción de censura que es esencial para VOX para establecer las cuestiones en las que hay que empezar a trabajar para seguir creciendo e incorporando apoyos y futuros votantes. Consolidada la base, esta moción puede ser esencial para construir las columnas ideológicas hacia donde crecer. Nada como el aire fresco cargado de sentido común.

Ramón Tamames y la cincuentena de diputados de VOX que han suscrito la moción de censura ejercen un derecho constitucional. Un derecho que han ejercido casi todos los partidos del espectro parlamentario.   Algo tan democrático, tan civilizado, ha generado el rechazo casi unánime de todas las potencias de España con una virulencia que produce estupor. Pero veremos en las próximas elecciones de mayo cuáles son sus efectos. En este punto hay que recordar que Pablo Casado (y los muchos que apoyaron su posición) se llevaron un buen chasco en las elecciones catalanas que se celebraron poco después de aquella moción. Y es que la opinión publicada demasiadas veces tiene poco que ver con la opinión pública.

Dale, Ramón, y mucha suerte en tu quizás último gran servicio a España.

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