«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Periodista. Miembro del Parlamento Europeo con VOX. Vicepresidente del grupo del Europarlamento Patriots for Europe
Periodista. Miembro del Parlamento Europeo con VOX. Vicepresidente del grupo del Europarlamento Patriots for Europe

El desprecio

29 de diciembre de 2020

El Gobierno de España anuncia la vacuna contra el COVID19 como si la hubiera inventado. Y nos llama a felicitarnos como si se abriera una era de dicha porque Pedro Sánchez procede a regalarnos a cada uno una dosis de su pócima que nos salvará a todos la vida. La tropa de Sánchez está crecida. Son la corte del caudillo generoso. Algunos desagradecidos intentan confundir. Se les responde con prontitud y claridad. A ver si os enteráis. Como dice la “deputada po PSOE pola Coruña” Pili Cancela: “Las vacunas las paga el Gobierno de España. Sí, sí el de Sánchez Castejón. Por enfatizar, que parece que molesta”.

A ver qué se han creído esos impertinentes que ironizan con la publicidad de obsceno autobombo de este gobierno en contraste con la discreta campaña con la que han comenzado la vacunación en las demás capitales europeas. La grotesca megapegatina de propaganda apareció en todos los medios como uno de esos empujones que pega Sánchez, como un cazador de autógrafos, cuando en las reuniones internacionales intenta acercarse a alguien para que sus chicos obtengan la falsa imagen en trato entre “estadistas”, cuando en realidad le han ignorado durante todo el encuentro. Es la catetada del que se asoma al tiro de una cámara que enfoca a otra persona y saluda para que le vean los amigos del bar. Torpe, impertinente, zafio, fuera de lugar. Pero aun más tramposo y mentiroso.

Ni el degradado submundo de los socialistas “podemizados” ni la sórdida espelunca comunista que es Podemos piensan en nada que no sea el control y ampliación del poder

Porque la “deputada pola Coruña” Pili “enfatiza” tanto que tenemos vacuna gracias a Pedro el Dadivoso que no se ha enterado de que esas vacunas las ha contratado y traído la Unión Europea, que liquida también las facturas de la farmacéutica. Aunque los que las han pagado de verdad son los de siempre, nosotros los sufridos contribuyentes. Pero la chulesca diputada con parla de cacique decimonónico refleja perfectamente el talante de este gobierno. Cada vez se muestra más dado a liberarse hasta de las mínimas formalidades y mostrarse en plena y desacomplejada exposición de su auténtica catadura.

Estamos en manos de seres muy primitivos. Ni el degradado submundo de los socialistas “podemizados” ni la sórdida espelunca comunista que es Podemos piensan en nada que no sea el control y ampliación del poder y los beneficios directos e indirectos que este les reporta. Nada fuera de eso les importa. De los políticos golfos hemos pasado a los políticos criminales que entienden la política como sus amigos Nicolás Maduro, Diosdado Cabello o Delcy Rodríguez, como una lucha por el poder en la que se han abolido todas las limitaciones, reglas, leyes por supuesto. Y no caben escrúpulos. 

Zapatero, aquel personaje que llamaron “Bambi” y que ha sido el mayor corredor de maldad de la historia de España

Nadie piense tampoco que son corruptos para mejorar en algo su posición y su vida porque van a por todas y con sus cómplices fuerzan el cruce de rubicones uno tras otro para que nadie se pueda volver atrás y la complicidad sea para cubrir la trinchera para siempre. En Cuba se hizo con éxito. En Venezuela están con ello. Hay tantos cómplices ya del crimen que según pasan los años se consolidan las fuerzas de los que saben que si por una vez ganara la decencia o el bien, ellos sería condenados de por vida a prisión. No hay límites en la felonía como no hay límites en la defensa de lo indefendible, ni en el cinismo para negar ante la sociedad lo que es evidente y palmario: sus abusos, sus delitos y su desprecio a la vida de los españoles que juraron defender. No quieren medrar unos años. Como ya hicieron algunos de los grandes prebostes socialistas ahora son muchos y violentos los que quieren auparse definitivamente a una nueva clase para generaciones.

La característica fundamental de todos ellos, socialistas, comunistas y otros golpistas es el desprecio al español común. Sus objetivos ideológicos igualitarios son perfectos para humillar a la mayoría y llevarla a creer que no hay escapatoria, que no hay ya posibilidad de una vida digna y hay que contentarse con una vida obediente que no conlleve demasiados sobresaltos ni privaciones.

A nuestra nueva clase dirigente le importa un bledo las angustias, penurias y sobre todo las expectativas de vida que tienen los españoles como consecuencia de las medidas que ellos toman para favorecer sus intereses y saciar ambiciones partidistas y privadas. “Como Mariano”, dirán algunos. No exactamente. Hay una clara diferencia con Mariano Rajoy, personaje tan culpable como el que más de esta deriva trágica de España hacia el enfrentamiento civil y la miseria que se emprendió tras las bombas del 11M bajo Zapatero, aquel personaje que llamaron “Bambi” y que ha sido el mayor corredor de maldad de la historia de España. “Broker in Evil” debía rezar el epitafio de Zapatero, escrito en inglés en lápida de plástico en un cementerio holandés cerca de la cárcel de Scheveningen, donde se cumplen las penas impuestas por el Tribunal Penal Internacional.

La cobardía de la derecha inmersa en el régimen del consenso ha sido uno de los grandes motores para la consolidación de la hegemonía cultural de la izquierda

Pero volvamos a Rajoy. A este solo le importaba él mismo. Ni España, ni los españoles, ni la política, ni su partido, ni siquiera sus colaboradores. Por eso reaccionó su grupo humano de forma tan diferente a los de la izquierda. Sánchez y su banda al igual que Iglesias y la suya protegen a todos sus miembros implicados en delitos y los niegan hasta después de la condena. Por supuesto los protegen hasta el final. Rajoy solo se ha querido siempre protegerse él mismo y su desprecio hacia la suerte de los demás hizo que le estallaran todos sus escándalos, desde la Gürtel a la Kitchen que ahora los tiene aterrados y entregados a Sánchez y su Fiscalía sin escrúpulos ni ley.

Los malhechores que ahora gobiernan tienen un sólido sentido de pertenencia a la banda. Ellos ayudan a los suyos sin pudor, “right or wrong” y hasta el final. Y castigan a los contrarios sin piedad. Y a todo el que se alinee con los contrarios. Eso siempre ha sido así desde 1978 y también fue así en cierta forma antes de la guerra. La cobardía de la derecha inmersa en el régimen del consenso ha sido uno de los grandes motores para la consolidación de la hegemonía cultural de la izquierda. Una hegemonía cultural que es la losa principal que aun impide una reacción nacional masiva de los españoles en defensa de sus más elementales intereses y en contra del gobierno de malhechores que los viola y maltrata. 

Así han entrado en la Real Academia los que han entrado, Así han vendido libros los que decía Babelia/Bobelia

Todos saben desde la época de Felipe González que la izquierda solo contrata a la izquierda y que quien quiera contratos ha de ser de su órbita o hacer como que lo es. Todos saben asimismo que la izquierda tiene ese eficaz y sano rencor sectario que garantiza a quien ayuda a sus enemigos que sufrirá consecuencias. Por el contrario, todos saben que la derecha gobernante se desvive por contratar a la izquierda para hacerse perdonar ser de derechas. Y que siempre tiene afán de demostrar su “pluralidad” que no consiste sino en contratar a los mismos que contratan socialistas y comunistas.

Así se ha gestado la “cultura” en España en los pasados cuarenta años. Así han entrado en la Real Academia los que han entrado, Así han vendido libros los que decía Babelia/Bobelia. Así los gobiernos de la derecha en la nación, las regiones y los ayuntamientos han contratado regularmente a quienes los insultaban a ellos y a España. Han sido ellos los que han impedido que progresaran aquellos escritores, poetas, pintores, fotógrafos, periodistas, diseñadores, arquitectos que no se plegaran al mensaje ideológico de la izquierda. Y por supuesto a todas las mentiras del antifranquismo cuyo acatamiento y defensa eran condición implícita para cualquier contrato o promoción personal.

La democracia del consenso ha sido siempre un terreno de juego no ya inclinado sino empinado en el que la izquierda ha impuesto sus mentiras y acallado cualquier cuestionamiento al grito de “fascismo” o “franquismo”. Y las fuerzas conservadoras y nacionales, atadas de manos por sus propios mandos, miraban hacia arriba y eran obligadas a interpretar las pedradas, las agresiones, los ataques, las difamaciones y las mentiras sobre el pasado, como mensajes de colaboración y “afinidad entre demócratas”. Mensajes a “interiorizar”, es decir, hacer propios, para estar a la altura de lo que la izquierda les exigía para no hacerles desayunar a diario con acusaciones de “franquismo”.

Los descendientes [de Zapatero] son Iglesias y Sánchez, Abalos y Lastra, Montero y esa larga lista de soldados de la mentira

Llevo lustros pregonando que en España para ser libre hay que perder el miedo a que te llamen “fascista” o “franquista”. Y si bien es cierto que esa fórmula milagrosa para callar a los españoles, que ha funcionado durante toda la democracia, ha comenzado a fallar de unos años a esta parte, también lo es que aun mantiene eficacia. Solo con ese temor generalizado que forma una masa gregaria y resignada cuando no cínica se explica la falta de movilización de unos españoles a los que desde el poder se destruye con saña su hábitat físico, económico, moral, cultural, territorial y hasta espiritual para quienes lo alcanzan a percibir. La democracia del consenso se corrompió nada más nacer y entregó pronto el poder a los pillos.

Pero con el milenio, con aquellos encuentros en Elgoibar y Perpignan, con Zapatero —ya con Iglesias y Monedero tras él— asaltando el poder entre el humo de las bombas y los muertos, con la visita de Estado de Hugo Chávez y los nuevos lazos que hoy entendemos mucho mejor, los pillos dieron paso a una especie mucho peor. Es la que representa y encabeza Zapatero y su perfecta adhesión al Mal sin el menor complejo. Ya libre de todo compromiso con la legalidad y ante todo con la verdad. A partir de él —ni una mala palabra, ni una buena acción— reina ya la mentira absoluta. Sus descendientes son Iglesias y Sánchez, Abalos y Lastra, Montero y esa larga lista de soldados de la mentira que ven en el desarrollo del globalismo en todo el mundo y su proyecto totalitario la gran ocasión de establecerse como un nuevo régimen que perpetúe lo único que importa, su poder. Los españoles podemos dejarles que hagan, resignarnos a que al desprecio de los gobernantes se sume nuestro desprecio por nosotros mismos y así facilitemos que España asuma definitivamente la cabeza enferma del proceso hacia la destrucción del mundo civilizado y libre. O mirar alrededor, tomar conciencia del desprecio de los gobernantes que sufrimos cada vez más dolorosamente y que atenta contra nuestra dignidad, nuestra integridad y nuestra vida misma. Y sentir suficiente miedo por nuestros hijos y nietos para perder el miedo por nosotros. Para reaccionar y acabar con el proyectado régimen del crimen antes de que su consolidación lo haga irreversible para generaciones.

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