«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

El labio prensil

6 de octubre de 2024

Vito Quiles lo volvió a hacer. Su periodismo (extra)parlamentario está logrando retratos muy conseguidos. Esta vez le tocó a Ábalos, con el que tuvo un quelque chose a las puertas del Congreso, donde el exministro salió, como es natural, a fumarse el pitillito.

Allí se le arrimó el reportero con preguntas  que no le harían los protegidos por la Asociación de la Prensa de Madrid y que los prebostes llamarán capciosas.

Pero triunfó Quiles, porque salió un Ábalos que imaginábamos pero no habíamos visto. Se le puso farruco y con chulería de bar con toallitas húmedas reveló una habilidad magnífica: ser capaz de sujetar el cigarro con la boca y hablar a la vez.

Iba con el cigarro pegado a los labios como Lucky Luke, una habilidad suponemos hija de la mucha práctica que permite liberar las manos. Lucky Luke las necesitaba para llevarlas a los revólveres, pero aquí puede ser un vestigio de cuando se podía fumar en los sitios y era necesario mingitar o cargar con las copas desde la barra al rincón de comer la oreja. La repetición fue desarrollando la función.

Y al final es una habilidad evolutiva. El que puede agarrar el cigarro con los labios alcanza el labio prensil, el labio capaz de asir, igual que el pulgar oponible permitió, millones de años atrás,  la evolución del antropoide.

El homo habilis pudo dejar esa extremidad para erguirse y el homo abalis libera mediante el labio la mano para otros quehaceres. Por ejemplo –diría un malévolo– llevar unas maletas.

Muy pocos seres vivos tienen el labio prensil. El orangután es uno (a ver si Vito Quiles lo intenta  con Óscar Puente…), otro es el manatí, que además tiene prensil el labio superior. Si uno se fija bien, en Ábalos hay algo somnoliento y arrugado como de manatí. Ábalos es un poco manatí de secano que alcanzó la bipedez…

La estampa de Ábalos y Quiles (habla hoy en Ideas Javier Bilbao del duelo entre Unamuno y Primo de Rivera…), ese cara a cara, podría ser interpretado también como un duelo generacional: el joven frente al búmer, que se revuelve (pocas veces no lo hace). Un poco como cuando Raúl se le encaró a Vierchowod.

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