«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""
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¿Una España ingobernable o la dictadura corrupta del PP-PSOE?

14 de octubre de 2014

El PP y el PSOE, por primera vez en la historia de la cleptocracia o pseudo democracia española, y al objeto de intentar que sus potenciales votantes no rompan el bipartidismo en las próximas elecciones, están diseñando coordinada y conjuntamente una única estrategia electoral.

La misma, por tanto, es adaptable y válida para ambos partidos, está basada en el “voto inútil” y parte de dos ambiguos conceptos. Convencer a los españoles en relación al perjuicio que le supondría a España la aparición de un escenario de supuesta ingobernabilidad, al estilo italiano o griego, derivado de una posible fragmentación de nuestro arco parlamentario tras las elecciones generales de 2015. Y el miedo al radicalismo izquierdista de Podemos.

¿El PP-PSOE, causante de la quiebra de España, disfrazado de “salvapatrias”? Sin duda, el PP-PSOE iguala en populismo a Podemos.

Esta es la prueba que constata que el PP y el PSOE poseen idéntica identidad y representan exactamente lo mismo, es decir, a un sistema parasitario, clientelar, corrupto, insostenible, caduco y creado en torno a las ruinosas autonomías. Un modelo que ha arruinado a los ciudadanos, a las pymes y a los autónomos y, paralelamente, ha enriquecido ilimitadamente a la casta político-sindical y a la élite financiera.

El hándicap para los españoles radica en que los dirigentes actuales de estos dos partidos, aún mayoritarios, no desarrollarán un proceso democráticamente regenerador. Puesto que el modelo anti democratico y estrafalario actual fue concebido en la Transición para que la oligarquía político-sindical controlara férreamente todos los ámbitos de la vida social y económica en España.  

La politización de la Administración (y, por ende, de la Justicia, la Educación…) y la corrupción política institucionalizada constituyen el eje sobre el que ha girado el poder, sobre todo, de la casta PP-PSOE-CiU-UGT-CC.OO., durante más de 30 años. ¿Alguien cree que el PP-PSOE cambiará un sistema que le favorece, aunque, paradójicamente,  empobrezca a los ciudadanos? 

De igual modo, la adopción de una estrategia electoral conjunta verifica la existencia de pactos preelectorales y extraoficiales llevados a cabo por el PP-PSOE y encaminados a continuar alternándose en el poder.

Aunque el PSOE dispondrá de otra alternativa, consistente en olvidar los acuerdos con el PP y aliarse con Podemos. Tanto el PSOE como Podemos niegan tal posibilidad. No obstante, la historia de España demuestra que la izquierda española no tiene límites de ningún tipo cuando se trata de alcanzar el poder.

Además, el PP siempre ha sido un partido ignorante en este sentido. A tal efecto, un ejemplo reciente lo tenemos en las estrategias económico-políticas del Gobierno, conducentes a evitar el concurso del Grupo Prisa. Debido a que las mismas no le han servido al ejecutivo de Rajoy para que El País, independientemente del trato amable dispensado a la vicepresidenta del Gobierno, elimine sus singulares enfoques periodísticos, cargados de sectarismo y contrarios al PP.

 

¿Cuál es el precio que deben pagar los ciudadanos para que España sea, según el PP-PSOE, gobernable? ¿La “supuesta gobernabilidad” de España implica aceptar que la partitocracia tape la corrupción política y que la Justicia proteja a los políticos corruptos? ¿Únicamente modificando la Ley Electoral se solucionaría el problema de la ingobernabilidad? 

¿Preferirán los españoles una España ingobernable y el derrumbe del bipartidismo o, por el contrario, la continuación del régimen de la corrupción y la dictadura del PP-PSOE?

La particular crisis que afecta a España la han provocado nuestros políticos y sindicalistas, saqueando y hundiendo las cajas de ahorros (el 50% del sistema financiero español) y corrompiendo las instituciones públicas.

El 30% del gasto público en España corresponde al pago de intereses de nuestra deuda (creada, en gran parte, vía malversación de caudales públicos). Aquí radica la verdadera ingobernabilidad de España, provocada por la insostenibilidad económico-política de nuestro corrupto modelo de Estado autonómico.

 

El problema no es el sistema bipartidista sino el bipartidismo español, corrompido hasta la médula por la actual y profesionalizada casta política.      

 

¿Realmente, quiénes tienen miedo a una España ingobernable, la casta o los españoles?  

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