Iniciamos el aƱo 2022 con un Gobierno roto, sin iniciativa, catatónico.Ā Un Gobierno que sólo aguanta por inercia y cuya Ćŗnica vocación parece ser el reparto de los fondos europeos.Ā Reparto que cada vez resulta mĆ”s decepcionante y que no parece que vaya a ser un motor económico, sino un parcheo de las muy deterioradas cuentas de las empresas de sus amiguetes y sus socios autonómicos.Ā Porque una de las grandes rĆ©moras de EspaƱa son los muchos Ā«capitalismos de amiguetesĀ», tinglados autonómicos que se han montado en nuestras regiones al calor del poder polĆtico.
El caso del ministro Garzón y su verborrea trimestral -sus salidas suelen coincidir con las estaciones- y su chulerĆa al insinuar que le queda mucho tiempo de ministro es un sĆntoma del poco margen de maniobra que tiene el presidente.Ā Puede que la garzonada sea premeditada ante una opinión pĆŗblica que cada vez apoya menos al Ejecutivo. Supongo que Yolanda DĆaz, ya consolidada como lĆder de la izquierda no-PSOE (supongo que las siglas de Podemos desaparecerĆ”n como casi lo han hecho en Madrid), le estarĆ” muy agradecido al ministro de Consumo por minar aĆŗn mĆ”s la credibilidad de un presidente muy tocado, pues su objetivo es convertirse en la primera fuerza de la izquierda post-SĆ”nchez.
AdemĆ”s, el Ćnclito Garzón se estĆ” buscando su pĆŗblico entre los eco-veggies, urbanos, anti-capitalistas, y póngale, querido lector, todos los calificativos a estos sujetos tan molones que abundan en nuestras grandes ciudades siempre subidos a sus carĆsimas bicicletas. AhĆ tiene Garzón un filón que usar para ir arriba en listas y de paso pegarle un empujón al proyecto polĆtico de doƱa Yolanda.Ā Ā Ā
El proyecto de Maduro es sustituir al PSOE por una izquierda revolucionaria como la de los nuevos podemitas.
Pero tambiĆ©n nos queda la esperanza que sólo sea una metedura de pata. Y es que sobran ministros en un Gobierno de muy poco talento, menos visión y ningĆŗn objetivo mĆ”s que mantenerse en el poder con algĆŗn exceso retórico.Ā Algo parecido vivimos los madrileƱos con el Gobierno municipal de Manuela Carmena. Los espaƱoles, y por muchas razones, tendemos a pensar que el que manda tiene una gran preparación e inteligencia. Es hora de bajarse del burro: hay mucho inĆŗtil en polĆtica. Y a veces -desgraciadamente no suele ser raro- se acaban juntando en el gobierno.Ā
Pero volvamos para concluir al proyecto de la nueva izquierda. Hay que denunciar que EspaƱa se ha convertido en una sucursal del chavismo. Las pruebas de colusión son muchas: las maletas de Delcy RodrĆguez, el Ā«affaire MorodoĀ», la financiación grosera -por descarada- a Monedero y a Podemos, los viajes de Zapatero⦠que lejos estamos de aquellaĀ polĆtica exterior que irradiaba EspaƱa hacia la Iberosfera. Esta polĆtica ha sido arrumbada por SĆ”nchez ante la perplejidad de nuestros socios europeos.
El chavismo pondrĆ” todo el empeƱo y el dinero para que se produzca el ‘sorpasso’ de la nueva izquierda al PSOE
Hoy se han invertido las tornas completamente y la dependencia hacia Venezuela y su corrupción es una tragedia. Pero el sueƱo de Maduro no es mantener al PSOE. AhĆ se equivoca SĆ”nchez, al igual que lo hace con sus socios independentistas y los filoetarras. Al PSOE le habrĆ”n dado algĆŗn caramelo, pero envenenado. Una evidencia estĆ” en el hecho que ha tenido mucho mĆ”s eco en EspaƱa la corrupción venezolana del PSOE que la de la nueva izquierda. El proyecto de Maduro es sustituir al PSOE por una izquierda revolucionaria como la de los nuevos podemitas -o como quiera que se llamen en el futuro-.Ā Ā Ā
En las próximas elecciones generales, como ya ha ocurrido en las regionales de Madrid, el chavismo pondrÔ todo el empeño y el dinero para que se produzca el sorpasso de la nueva izquierda al PSOE. Esperemos que gane la derecha y que el nuevo gobierno del PP y de VOX se emplee a fondo para acabar con este tinglado y erradicar el proyecto chavista en Europa.