El mayor triunfo del domingo será dejar de permitir que la izquierda ponga al español promedio a la defensiva moral. Por español promedio me refiero a las personas buenas, decentes, dinámicas y creativas que crían a su familia, madrugan para trabajar, y ayudan cuando un amigo hace una recaudación de fondos; personas que tienen un interés en la comunidad porque son la comunidad.
España ya no está a la defensiva. La marea ha cambiado a nuestro favor y es el momento de echarse a navegar
Personas que se han mantenido fieles a ciertas creencias y principios que durante años la intelectualidad nos decía que eran irremediablemente anticuados, completamente triviales y reaccionarios como la unidad de España o el respeto a la ley. Celebraban su valentía al enfrentarse a objetivos seguros y se daban palmaditas en la espalda por arrojar piedras a un Goliat confundido, que estaba demasiado desmoralizado y era demasiado bueno para contraatacar.
Pero el domingo se va a sentir. España ya no está a la defensiva. La marea ha cambiado a nuestro favor y es el momento de echarse a navegar.
Creo que el próximo domingo en Colón vamos a capturar el momento y recuperar la imaginación del pueblo español. ¿Y luego qué? ¿Qué haremos con nuestro éxito?. Una vez que hayamos alcanzado ese punto de inflexión y hayamos demostrado a estas izquierdas disgregadoras que están de retirada, que no se puede obrar por encima de la ley y que hay valores como la convivencia, la unidad y la libertad que están por encima de intereses electorales, entonces es cuando nos tocará movernos.
Pero todo empieza el domingo, y si no estamos juntos entonces, no estaremos juntos después.