«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Esperando al Señor Lobo

16 de febrero de 2016

“Estoy a 30 minutos del allí, llegaré en 10”, la imagen se congela cuando llega su coche exactamente a 9 minutos 37 segundos. Lo siguiente que ocurre es una de las más famosas escenas de Pulp Fiction y del cine del siglo XX.

Un dedo que pulsa un timbre de una casa, Jimmy (Quentin Tarantino) que abre la puerta y un tipo elegante y serio que dice “¿Usted es Jimmy eh, esta es su casa?”, ante la afirmación de Jimmy, el señor elegante y serio pronuncia la frase “soy el Sr. Lobo, soluciono problemas”. El resto de la escena se desenvuelve con una brillante tensión entre el respeto que se tienen los mafiosos por el mero hecho de la reputación y la esperanza de solucionar el problema por el que le han llamado.

Cuando hablamos del “Señor Lobo” todos pensamos en la misma frase, una frase que refleja muchos comportamientos en el mundo político y de la empresa de nuestros días, un exceso de “peloteo” que es incluso frenado por el propio receptor del abrillantamiento de “su ego”. Pero si analizamos al personaje de Harvey Keytel en profundidad, podemos entender que el Partido Popular necesita un señor que aparezca y diga “soluciono problemas”. Puede parecer una estupidez pero no lo es, este personaje refleja muchos de los valores de liderazgo que el Partido Popular necesita en estos momentos.

La educación no está reñida con la contundencia y la claridad, por eso se muestra inflexible cuando se cuestiona su forma de pedir las cosas y él replica que no tiene que pedir nada “por favor”, que a venido a ayudar y que es el mejor para hacerlo, pero si no quieren su ayuda se irá. No permite que le acobarden, aunque sean dos peligrosos mafiosos, ahora manda él y lo demuestra sin contemplaciones.

Es interesante advertir que se pone a dar órdenes después de demostrar previamente su compromiso con la situación (recordemos que estaba a 30 minutos de allí, pero aparece antes incluso de los 10 minutos a los que se comprometió). Es consciente de que para pedir, primero hay que dar y demostrar, un aspecto muy necesario en nuestros días.

Conoce perfectamente de lo que habla, por eso sabe a quién va a ver antes de llegar, tiene todos los detalles apuntados en su libreta, no necesita que le cuenten nada, lidera la situación dejando pocos cabos sueltos, la suerte o el azar jugarán un papel muy pequeño en su trabajo.

Por finalizar el análisis del personaje podemos reflejar el momento en que tiene que usar su mano izquierda con Jimmy para que le preste las sabanas (que eran regalo de unos tíos suyos, ya fallecidos), en ese momento no usa su poder, ni el de la banda mafiosa que le envía, simplemente negocia para llegar a un acuerdo y evitar un conflicto innecesario.

“Soy el Sr. Lobo, soluciono problemas”, es todo lo que los afiliados del Partido Popular necesitan escuchar, solamente esas palabras y de boca de alguien que les aporte credibilidad. Si los cientos de miles de afiliados del partido popular escuchan esas palabras, seguramente se pongan a trabajar para unas elecciones o para años de oposición. Poco importarán las tensiones con el aborto, con las Víctimas del Terrorismo o con el IVA, todo se dejará de lado por seguir al líder que necesitan.

Pues si, alguien con esas características tendría muchas opciones de liderar el Partido Popular en Valencia, en Madrid o en España, porque los afiliados necesitan un liderazgo fuerte, que sirva de ejemplo y que les motive a ponerse los zapatos, salir a la calle y decirle a sus vecinos que voten al Partido Popular. Pero igual que al personaje de Pulp Fiction le hacían el encargo por teléfono, aquí deberán ser los afiliados quienes, mediante un Congreso abierto a todos, designen con sus votos a sus líderes.

¿Quiénes serán los señores Lobo del centro derecha en los próximos meses? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero nombres no faltan, incluso podrían mantenerse los actuales líderes, agujereados como los hermanos Earp en el O.k Corral, pero vivos.

Termino con una frase de nuestro querido Señor Lobo, la cual espero oír en los próximos meses “mi brusquedad se debe a que tenemos poco tiempo, yo pienso deprisa, hablo deprisa. Y necesito que actúen deprisa si quieren salir de ésta”.

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