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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

Lo que Esperanza oculta

24 de abril de 2017

Doña Esperanza Aguirre medita en estas horas si debe hacer un mutis como portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid. Lo primero que deben saber es que doña Esperanza, no es una condesa que sólo piensa en asuntos de Estado, en modelos liberales para España, o en ser el otro PP como si fuera la prota de Alien. La altiva Aguirre está al cabo de la calle de lo epidérmico, de la última circunstancia -sea relevante o no- de su entorno, de los “rookies” a los que aupó a la condición de político. 

Ya sé que ha reconocido la culpa in vigilando, no le quedaba otra. Ya sé que se le quebrantó la voz, aunque no pidiera perdón. Es que van dos manos derechas en el trullo: Francisco Granados, última dirección dirección C.P. Estremera; e Ignacio González, última dirección C.P. Soto del Real.

Es obvio que el abogado Ignacio González tenía una carrera discreta en la función pública, después de comenzar de técnico municipal en Usera. Todo cambió gracias a la victoria electoral del PP en 1996. Fue Esperanza la que, al llevarselo al Ministerio de Educación y Cultura, como subsecretario le ascendió de Liliput. 

Era un tipo astuto y buen jaleador y pronto voló, aunque no muy alto. Se fue a Interior, con Ángel Acebes, para encargarse fugazmente de la Extranjería y la Inmigración en 2002. Le pidió a la condesa Aguirre volver a oler sus cigarros habanos después de las comidas y en noviembre de 2003, volvía a la Comunidad de Madrid encumbrado, como portavoz y vicepresidente primero de los Gobiernos de Esperanza. Ella además lo convirtió en “número dos” del PP de Madrid.

Acuso a Esperanza Aguirre de no haber valorado el enriquecimiento asombroso de Ignacio González, sobre todo cuando pasó de vivir en una vivienda vulgar a sus actuales 500 metros cuadrados con jardin, en Aravaca, frente a la Cuesta de las Perdices. Y eso que “la jefa” fue invitada de “Nacho” y de su esposa Lourdes Cavero a la inauguración de la casa, junto a sus parientes y amigos. 

Los jefazos del PP eran la atracción añadida y Esperanza estaba allí. Con independencia de que algunos consideraron el “casoplón” hortera -aunque muchos se preguntaban ya de dónde ‘’saca pa tanto como destaca’’-, la señora Aguirre lo conoció de primera mano. No así Rajoy que -muy a última hora- se olvidó de ir. ¿No vió a los dos domésticos? ¿No vió al jardinero? Claro, lo mismo podría decirse de su vecina Cospedal, pero no era un secreto que su marido Ignacio López del Hierro estaba en los negocios.

Claro que Esperanza sabía que las tres hijas de González estudiaban en universidades de relumbrón. Claro que se enteró del dúplex con piscina arriba de Estepona, el couché feeling de Esperanza me vuelve imposible que no se enterase de los alquileres imposibles en Marbella (creo que 2.000 euros mes y gastos de comunidad 1.750 euros/mes); o de que la vecina de “Nacho” en Guadalmina (Estepona) era Carmen Franco Polo, la hija de Franco. O del testaferro profesional en Delaware, paraíso fiscal que ella defiende como “ un estado más de Estados Unidos”.

Acuso a Esperanza de conocer los viajes de Ignacio González y su esposa: México, Londres, París, cruceros por el Mediterráneo con tripulación y estancias en el Hotel Ritz. O el de Sudáfrica con Pedro Antonio Martín Marín, exsecretario de Comunicación de Aznar y actual consejero de Cope y 13TV, y el empresario Enrique Sánchez, propietario de la firma de seguridad Securisa, y señoras a 8.800 euros per cápita. Pedro Antonio Martín Marín, en plena endogamia, es yerno de Borja Sarasola, secretario general todopoderosos de Ignacio González cuando presidía la CAM.

Tampoco creo factible que doña Esperanza desconociera -por que fue vox populi- en la administración madrileña que Cristina Cifuentes había sido seguida para obtener información confidencial sobre su vida privada. Lo supo y lo comunicó a sus “mayores” en el PP.

Ignacio González usaba ese comedor en las alturas que había en el Canal Isabel II a su disposición. Los sindicatos supieron que unas azafatas servían allí comidas porque una se accidentó. También era muy conocido que los directivos del Canal compraron un inmueble en la calle Princesa por 87 millones de euros… o el adquirido frente a la sede de Canal, que algunos consejeros se quedaron por pisos.

Cuando Esperanza se fue, tampoco es un secreto que el PP intentó evitar su nombramiento, a pesar de ser el vicepresidente de la Comunidad de Madrid. El ascendió a presidente el 19 de noviembre de 2012, aunque tardó más de dos meses en dejar la presidencia del Canal, el 19 de noviembre de 2012.

Acuso a Esperanza de conocer que Salvador Victoria Bolívar, el sucesor de Ignacio González en la presidencia del Canal, hoy imputado en la Operación Púnica, por hacer pagos a Alejandro de Pedro Llorca mediante facturas falsas para limpiar la imagen de Ignacio González.

Acuso a Aguirre de conocer que Vitoria encargó trabajos periodísticos contra Cristina Cifuentes para “bajarle los humos”. Estos trabajos -que aparecieron entre otros medios en Estrella Digital- solo pararon cuando el 21 de agosto de 2013, Cristina Cifuentes fue gravemente herida en un accidente de tráfico.

Acuso a Esperanza Aguirre de haber tratado de llevar a Ignacio González a la presidencia de Caja Madrid durante 2008. Los españoles sabemos lo que pasó con Rato, ahora imaginamos lo que hubiera pasado con su candidato.

Acuso a Aguirre de no hacer nada cuando Luis Vicente Moro, le propuso a “Nacho” crear un departamento de espías. Se habló mucho de ello cuando el Tribunal Supremo consideró al amigo íntimo de González autor de un delito de revelación de secretos, le condenó a un año y nueve meses de cárcel y a una larga inhabilitación para cargo público.

Acuso a Aguirre de no actuar cuando el Canal adjudicó al cuñado de “Nacho” González, Juan José Caballero Escudier, terrenos para un golf, por delante de ofertas de otros como ACS, la firma de Florentino Pérez.

Acuso a Esperanza Aguirre de conocer como Lourdes Cavero, la esposa de Ignacio Gonzaĺez, se colocó de adjunta en la CEIM, la patronal madrileña, dirigida por Arturo Fernández. Cavero había dejado, previa indemnización de más de 800.00 euros, UNESA, la patronal eléctrica donde ejercía como jefa de Relaciones Internacionales. Tampoco podía ignorar que Lourdes Cavero sea la presidente de Subasta Segre, una maison de arte. Su hermana Carmen Cavero fue vocal del consejo de Caja Madrid y consejera independiente de Bankia.

A la megacontroladora Aguirre tampoco pudo escapársele el encuentro de “Nacho” González con el comisario José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño para que: “no salga a la luz que era el titular de una empresa pantalla”. La firma encubría su titularidad del ático de Estepona.

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