Europa es la Unión Europea, y la Unión Europea es la paz, la democracia y la prosperidad. Ese es el dogma de fe. Todo lo demás es blasfemia. Si tú, simple europeo de a pie, ves que nuestra economía va cada vez peor, que todo es cada vez más caro, que la vida es cada vez más difícil, que nuestro campo está siendo esquilmado a conciencia por los poderes «comunitarios», que no vas a poder comprarte el coche que deseas, que tus hijos jamás podrán tener una casa en propiedad… no, que no te engañen tus ojos: Europa es la prosperidad.
Si tú, simple europeo de a pie, ves que el Pacto Verde es una milonga, que todas —todas— las previsiones sobre el cambio climático de origen antropogénico han fallado, que el catecismo climático no es más que un discurso retórico para envolver un cambio de paradigma económico pilotado por no se sabe bien quién… no, que no te engañen tus ojos: gracias a tu sacrificio, Europa va a conseguir la salvación del planeta. Si tú, simple europeo de a pie, ves que tus sociedades se están desarticulando a toda velocidad, que la inmigración masiva está haciendo irreconocible tu barrio, que donde antes había tranquilidad ahora hay una inseguridad creciente, que ya no puedes ver a tu vecino como a tu prójimo… no, que no te engañen tus ojos: la inmigración masiva es una oportunidad de convivencia y tolerancia.
Si tú, simple europeo de a pie, miras a Rusia y no ves necesariamente a un enemigo, o lo ves y no concluyes que de ahí haya que ir imperativamente al rearme masivo, y no entiendes que de repente la Unión Europea se haya convertido en una estructura militar… no, que no te engañen tus ojos: Europa es la paz. Si tú, simple, simplísimo europeo de a pie, miras a Rumanía y te escandalizas porque el poder, con la anuencia de Bruselas, prohíbe a los candidatos «molestos» presentarse a las elecciones, o miras a Alemania y ves cómo un parlamento en funciones decide cambiar la Constitución antes de que tome posesión el parlamento recién elegido en las urnas, y concluyes que la democracia peligra… no, que no te engañen tus ojos: Europa es la democracia.
No creas lo que ven tus ojos. Si Úrsula von der Leyen anuncia que quiere convertir los ahorros privados en inversiones de la UE, y lo firma de su puño y tecla, no, que no te engañen tus ojos: Úrsula no ha dicho lo que tú estás viendo con tus ojos, porque tus ojos te engañan. Si el gigante chino Huawei se reúne con eurodiputados para dorarles el lomo y obtener ventajas competitivas, no, que no te engañen tus ojos: seguro que lo han hecho por una buena causa (por supuesto, europea), y si la policía belga ha tenido que intervenir, seguro, seguro, que ha sido por algún error o quizá por un exceso de celo. Como cuando resolvió el caso de los sobornos marroquíes en el Parlamento Europeo pasándole el asunto a… la policía marroquí. No, no creas lo que ven tus ojos cuando Christine Lagarde anuncia la puesta en marcha del euro digital el próximo mes de octubre, con la consiguiente reducción al mínimo del dinero en efectivo. Ni creas tampoco lo que ven tus ojos cuando Úrsula von der Leyen dice que la UE se dispone a centralizar la compra de armas como se centralizó en su día la gestión de las vacunas. Tus ojos te engañan. ¿Acaso creíste a tus ojos cuando todos vimos el escándalo de los contratos tachados con las farmacéuticas, o la compra desmedida de vacunas que darían para pinchar a tres generaciones de europeos durante años, o el chorro de dinero que fue a parar a las farmacéuticas donde trabaja… el marido de Úrsula? No, ¿verdad? No creíste lo que vieron tus ojos entonces ni tienes por qué creerlo ahora, pues «Europa» es… la paz, la democracia y la prosperidad.
No creas lo que ven tus ojos y confía. Confía en lo que dicen ellos, sumos sacerdotes de la verdad europea, y en esa voz profética que resuena a través de los medios de comunicación «verificados». Si te dicen que la Unión Europea ha hecho un servicio a la humanidad al llevar a un grupo yihadista al poder en Siria, no lo dudes, pues la verdad habla por su boca. Si te dicen que cuando Bruselas invierte cantidades estratosféricas en el régimen racista de Sudáfrica lo hace por el bien de Europa, no dudes, pues la verdad habla por su boca. Si te dicen que el enemigo ahora es Trump, tampoco lo dudes, pues de esas bocas nunca ha salido otra cosa que la verdad, como todo el mundo sabe. Confía. Que no te engañen tus ojos. Sobre todo, confía en esas gentes en cuyo espíritu no hay espacio para la venalidad, la corrupción, la mentira o la flaqueza. Porque son Europa. Y Europa es la paz, la democracia y la prosperidad.
P.D.: La verdad, nunca Europa había sido menos europea.
