Este artĆculo no lo escribo porque tenga que comentar alguna noticia. O porque me sienta dolido tras escuchar a quienes odian a EspaƱa. O porque la crisis que padecemos sólo se limita a una crisis económica y de un brutal desempleo. O porque las Fuerzas Armadas sigan cumpliendo con su deber abnegada y estoicamente. No. Hoy escribo estas lĆneas porque me salen del alma. Porque hemos celebrado el dĆa de nuestra Fiesta Nacional, la de todos los espaƱoles. Desde Finisterre a Creus y desde FuenterrabĆa a la isla del Hierro.
Este 12 de octubre de 2013, dĆa tambiĆ©n de la Hispanidad y de la Raza āfigura Ć©sta nacida en HispanoamĆ©rica en 1913ā ha sido celebrado en diferentes lugares de nuestro paĆs. Ha habido este aƱo tres actos centrales que han configurado la celebración de la Fiesta Nacional de manera especial. Dos de ellos tradicionales: el desfile militar en Madrid y posterior recepción en el Palacio Real, y el popularĆsimo homenaje a la Virgen del Pilar en Zaragoza, patrona del Cuerpo de Estado Mayor en el EjĆ©rcito, de la Guardia Civil y de otras muchas instituciones. Y un tercer acto āpara mĆ el mĆ”s importante de todosā que ha sido el que, precisamente, le ha dado mĆ”s sentido que ningĆŗn otro a nuestra Fiesta Nacional espaƱola: la concentración en la Plaza de CataluƱa de Barcelona de miles de catalanes reivindicando su espaƱolidad.
La brillantez del desfile militar en Madrid, al margen de su austeridad, con su coste de 825.000 euros āĀ”quĆ© diferencia con el dispendio de los millones de euros repartidos entre los partidos polĆticos para que preparen sus innecesarias campaƱas electorales!ā, en el que sólo han participado los siete aviones de la famosa Patrulla Ćguila, 51 vehĆculos de ruedas y 2.600 soldados, se debe, sobre todo, a la dignidad de los hombres y mujeres que conforman las Fuerzas Armadas y a su deseo de servir a EspaƱa en cualquier condición y circunstancia.
Por su parte, las fiestas del Pilar en Zaragoza, tradicionales, entraƱables y mostrando una enorme devoción por la patrona de la ciudad, por nuestra Pilarica, han demostrado la religiosidad del pueblo aragonĆ©s y, con Ć©l, la religiosidad de millones de espaƱoles que siguen en esta fecha esta celebración como propia. Porque, a pesar del avance en nuestro paĆs del alejamiento de la religión de miles y miles de compatriotas debido al tremendo relativismo rampante, aquellos siguen creyendo en los valores religiosos, morales y Ć©ticos que les ha impregnado en su vida la religión.
Y, como indicaba antes, el tercer acto mĆ”s significativo de la Fiesta Nacional de este aƱo ha sido la manifestación de miles de personas que, en CataluƱa, se sienten tambiĆ©n espaƱoles y han querido demostrarlo pĆŗblicamente ante unos polĆticos del mĆ”s variado pelaje que no admiten mĆ”s verdad que la suya, mĆ”s intereses que los suyos, y mĆ”s prepotencia que la que les ha sido permitida por quienes jamĆ”s debieron haberlo consentido.
En un ambiente festivo, pacĆfico, sin amenazar a nadie y protagonizando el acto la bandera de EspaƱa, la que acoge y une a todos los espaƱoles, esos miles de espaƱoles concentrados en la plaza de CataluƱa demostraron a los separatistas catalanes y, sobre todo, a los polĆticos que los lideran, que ellos estĆ”n por la unidad, por la solidaridad, por la fraternidad, por la democracia y, fundamentalmente, por la libertad. ĀæEra necesario demostrar todo eso en CataluƱa? Ā”Claro que sĆ!
Porque desde 1978, las grandes fuerzas polĆticas espaƱolas con capacidad para gobernar nuestro paĆs han cometido errores gravĆsimos que nos han llevado a la situación de la prepotencia del separatismo perifĆ©rico que hoy nos ha conducido a una situación lĆmite.
Fue un error aprobar una Constitución con un TĆtulo VIII que sigue abierto en canal.
Fue un error aprobar una ley electoral que no sigue la sagrada pauta de un hombre, un voto.
Fue un error creer que era necesario ser benevolentes con unos supuestos nacionalistas moderados cuyo objetivo estratégico fue siempre el de la secesión. Ahà estÔ la Historia para corroborarlo.
Ha sido un error histórico que los dos grandes partidos utilizaran a los separatistas como muleta electoral para mantenerse en el poder.
Ha sido un error insistir en la idea del diÔlogo con quienes sólo desean imponer de un modo u otro su totalitarismo ideológico y su dogmatismo.
Ha sido un error incalculable la actitud de un PSOE zapateril respecto del separatismo vasco y catalƔn. Y otro del Estado en abandonar CataluƱa y dejarla en manos de los separatistas.
Ha sido un error llegar a decir, ante el avance del separatismo, ”pues que se separen! Son ellos, los separatistas, los que tienen que irse o dejar de recibir apoyos.
Es un error meter miedo al separatismo por las consecuencias económicas a la salida de la Unión Europea como únicas razones para tratar de enmendar su visceralidad.
”Qué desgracia y qué pena que tenga que ser el pueblo, casi abandonado a su suerte, quien tenga que echarse a la calle para, sin complejos y sin intereses bastardos, reclamar la unidad de nuestra Patria! ”Ya es hora de que el Estado español actúe preventivamente contra esta deriva secesionista enérgica y legalmente! ”Obligando a que en Cataluña se cumpla la Ley!
*Enrique DomĆnguez MartĆnez Campos es coronel de InfanterĆa DEM (R).