«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Ilicitana. Columnista en La gaceta de la Iberosfera y El País de Uruguay. Reseñas y entrevistas en Libro sobre libro. Artículos en La Iberia. Autora del libro 'Whiskas, Satisfyer y Lexatin' de Ediciones Monóculo.
Ilicitana. Columnista en La gaceta de la Iberosfera y El País de Uruguay. Reseñas y entrevistas en Libro sobre libro. Artículos en La Iberia. Autora del libro 'Whiskas, Satisfyer y Lexatin' de Ediciones Monóculo.

Gallardo para tímidos

27 de diciembre de 2022

Dos minutos veinte segundos. Es lo que dura el mensaje navideño que el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo (VOX), publicó en su cuenta de Twitter el 24 de diciembre. La estadística: más de 170 mil visualizaciones, casi siete mil “me gusta” y un buen puñado de escocidos.

El vídeo, grabado en la iglesia de El Salvador de Béjar (Salamanca), empieza fuerte. Con un Niño Jesús (obra del artesano Carlos Soria), ni más ni menos. En Navidad. Escalofriante. 

Para aquellos que, más que la Navidad, parecen celebrar un christmas de UNICEF, buscar al Señor en los sótanos de Lugansk o entre los sufridos habitantes del madrileño barrio del Batán no mola nada

El vicepresidente padrea con los imperativos. Contrariamente al ciudadaner medio con pinta de consultor, gasta corbata y se dirige a los esperanzados. Aboga por esa alegría que podría evitar que algunas jóvenes acabaran como directoras del Instituto de la Mujer y cenando tres orfidales en Nochebuena. 

Las comparaciones son odiosas y quizá no debería equiparar el mensaje navideño de un responsable político, filmado, con los producidos por algunos profesionales de los medios escritos y eso que pomposamente llaman “la Academia”. Si obviamos el exquisito vacío costumbrista y sus circunloquios en torno a la carne de los crustáceos, en estas fechas queda muy bien hablar de “perdedores”. También se nos conmina a buscar al Señor en los subterráneos de Kiev y, por supuesto, en las pateras. Para aquellos que, más que la Navidad, parecen celebrar un christmas de UNICEF, buscar al Señor en los sótanos de Lugansk o entre los sufridos habitantes del madrileño barrio del Batán no mola nada. Ya se sabe: es mejor elegir cuidadosamente para evocar la divinidad las causas y sujetos políticos que más conmueven a la masa aplaudidora. “Enarbolar” al Niño Jesús fuera de tales circunstancias, cosa que ha hecho Juan García Gallardo en su condición de cargo público, no le ha salido barato. 

Muchos españoles no han escuchado nunca hablar de la Navidad -desde las instituciones- en términos que remitan a su esencia

Algunos titulares, con el piloto automático puesto y la capacidad de análisis olvidada en el Karaoke de la cena de empresa, tildaban su discurso de surrealista y causante de estupefacción. Descontando la parte de marketing político que pueda haberlo motivado, es poco honesto obviar que la necesidad de raíces, comunidad y vínculos que reivindica el político castellano, responde al sentimiento de una mayoría. Con todo, en esta ocasión, el sector más ofendido por la felicitación no lo constituían los “rojipardos” de Twitter, que no parece tengan mucho problema con el carácter religioso de estas celebraciones. Tampoco la izquierda indefinida que, de nuevo, andaba liada con el diccionario buscando la diferencia entre “laico”, “aconfesional” y “ramadán”, ha sido más dura que de costumbre. No. La bilirrubina le subía a unos cuantos que le acusaban de mezclar política con belenes, vicepresidencias con principios y verdades con navidades. O eso creen ellos. Como el crío que llora por cualquier tontería, pero que en realidad tiene sueño, algunos se quejaban de la combinación entre religión y Administración Pública cuando quizá lo que les apretaba el zapato eran las críticas al modelo de vida individualista –y consumista- que propone la sociedad actual. 

Leo en una cabecera nacional que el mensaje de Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta, ha sido mucho más “tradicional” en contraposición al del revolucionario García Gallardo. Mañueco deseaba unas jornadas llenas de ilusión, fe y alegría “rodeados de los que más queréis”. Efectivamente, frente a las habituales horteradas y cursiladas a las que nos acostumbran en estas fechas, el mensaje del joven vicepresidente es inaudito. Muchos españoles no han escuchado nunca hablar de la Navidad -desde las instituciones- en términos que remitan a su esencia.

.
Fondo newsletter