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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""
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¿Un Gobierno de PSOE y C’s con la abstención de Podemos?

14 de diciembre de 2015

Según determinados especialistas en M&A (fusiones y adquisiciones), entre los que se encuentra Jaume Llopis, profesor de dirección estratégica del IESE, las fusiones empresariales prácticamente no existen.

Tanto es así, que cualquier fusión entre dos (o más) empresas es en realidad una operación de absorción, en la que una empresa, normalmente aquella que posee más recursos, suele absorber a la otra.  

En este sentido, el término “fusión por absorción” es el más adecuado para denominar a la mayor parte de las fusiones empresariales.    

Extrapolando esta acertada teoría al entorno actual de la política española y, en concreto, a uno de los resultados electorales que podría producirse tras el 20-D, obtendríamos las siguientes conclusiones:

Ciudadanos y PSOE tendrían la posibilidad de gobernar España, vía fusión de partidos, si entre ambas formaciones obtuvieran más escaños que el Partido Popular, aunque el PP fuera el partido más votado.

No obstante, para que esta operación política pudiera tener éxito sería imprescindible, además, que Podemos se abstuviera (aunque se necesitaría también la abstención tanto de IU como del PNV), evitando así que Rajoy fuera investido presidente del gobierno de España en primera instancia. Y  permitiendo de este modo que en virtud de una mayoría simple y en segunda votación fuera elegido en su lugar el líder de Ciudadanos o del PSOE.

En este caso, el PSOE absorbería a Ciudadanos y, consecuentemente, el Partido Socialista gobernaría España, independientemente de quien fuera investido presidente. Tanto en cuanto la estructura, la capacidad organizativa, la experiencia, el equipo de gestión, etc., del Partido Socialista es a todos los niveles incomparablemente superior.

Máxime, teniendo en consideración que detrás de Albert Rivera y su equipo solo hay marketing político y, quizás, socialismo maquillado. Y porque fuera de Cataluña, Ciudadanos es un “chiringuito político” construido en varios meses e integrado, con excepciones, por oportunistas y aspirantes a políticos profesionales.  

En función de lo anterior, se debe imponer entre los votantes de centro derecha y la derecha española la “doctrina del mal menor”, puesto que la aplicación de la misma, aún siendo considerada inmoral por determinados sectores sociales e incluso eclesiásticos, puede salvar a España de otro gobierno “zapaterista”.  

Sobre todo, debido a que la economía española necesita estabilidad y certidumbre. Y, aunque es cierto que el Partido Popular ha cometido innumerables errores en su política económica (y en la social) durante la presente legislatura, no es menos cierto que la citada formación es la única que  puede garantizar que España siga creciendo y creando empleo.

Porque, aunque los mercados y el BCE sean los principales causantes de que nuestra economía siga con oxigeno, ciertamente, si el PP continúa desarrollando en la próxima legislatura las reformas estructurales que todavía se encuentran en su fase inicial (y se atreve a acometer definitivamente la reforma de la Administración), la todavía casi imperceptible recuperación económica podría consolidarse en los años venideros.

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