«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La Libertad de Expresión asesinada

4 de junio de 2017

Daniel Ripa, Secretario General de Podemos y Diputado Asturiano, ha dicho que el Autobús de Hazteoir no era bienvenido en Asturias, como si el nuevo caudillo comunista nos representara a todos los asturianos. ¿Qué será lo próximo a lo que el Podemita, asturiano tardía, impida la entrada en su cortijo astur?. El mismo participó del tumultuoso grupo violento LTGBI-podemita que apedreó el autobús de Hazteior en Asturias, sin que ninguno de los vándalos haya sufrido la lógica consecuencia legal, de momento.

Una consecuencia legal que nuestras cobardes instituciones no hubieran dudado en aplicarle a cualquier vándalo de menor pedigrí izquierdista o LGTBIsta. Sólo la valiente empleada de la gasolinera reprendió a los señoritos de izquierdas, que abandonaron el lugar sin recoger el destrozo, para que la humilde trabajadora limpiara la mierda que los dignísimos LGTBI-Podemitas dejaron atrás.

Un autobús en el que rezaba el lema “Dejad a los niños en paz”. Resulta evidente, por la petrea recepción que tuvo el autobús, que los violentos LGTBI no quieren dejar a los niños en paz. Pero es normal, es difícil pensar en una frase más ofensiva ¿no creen ustedes?.

Son estos mismos vándalos de izquierdas, siempre los mismos, los que reclaman Libertad de Expresión, los mismos que pretenden derogar la Ley Mordaza, mientras amordazan violentamente a quienes no opinan como éllos. Sólo un esquizofrénico puede vivir con tales disonancias cognitivas.

Hemos visto a Pablo Iglesias boicotear actos en la universidad cuando no gustaba lo que otros opinaban, hemos visto impedir violentamente hablar a Felipe González en una universidad, escraches a la puerta de domicilios particulares, se han reventado actos en la Universidad de Oviedo por simple discrepancia ideológica, o como los representantes israelíes en España requieren de grandes despliegues de seguridad sólo para poder hablar. Y son siempre los mismos grupos violentos de izquierdas los responsables de la mordaza fáctica.

Por el contrario, estos grupos violentos de izquierdas, pueden decir cualquier chorrada, quemar crucifijos u orinarse en la constitución, con total impunidad. Y así es como debe ser, pues la opinión no puede ser penaliza, ni por la ley, ni por la religión, pero tampoco por la fuerza de los matones del Daniel Ripa de turno.

Resulta evidente que la Libertad de Expresión en España ha sido asesinada. Ha sido asesinada por una minoría violenta y por una mayoría silente, ha sido asesinada por autoridades y políticos cobardes, ha sido asesinada por los Ripa y los Iglesias, todos unos licenciados universitarios, que parecen desconocer que la Libertad de Expresión en la única libertad que debe ser defendida para que la disfruten los que no opinan igual.

La Libertad de Expresión, es un derecho fundamental reconocido en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, un derecho definido como medio para exponer ideas, esencial para el descubrimiento de la verdad, como refirió John Stuart Mill, sólo limitado por el principio del daño y el principio de la ofensa. No es Libertad de Expresión defenderla sólo para los que opinan como uno mismo. Y por eso, la lucha por la Libertad de Expresión es la más digna y generosa de todas, porque esa lucha no es en beneficio propio, sino de otros para que puedan expresar libremente lo contrario que tú defiendes.

Si en el pasado eran los militantes de izquierdas quienes ponían en peligro su integridad por el simple hecho de exponer sus ideas, hoy son las violentas izquierdas radicales, las que pretenden acabar por la fuerza con toda Libertad de Expresión que no sea la suya propia.

Los mismos activistas violentos LGTBI que hasta hace poco luchaban por ser escuchados y respetados, como lo son en la actualidad en nuestro país, ya no están satisfechos con sus logros. Quieren imponer su ideología de género, que ya es enseñanza obligatoria en las escuelas. Quieren amordazar con violencia a quien no opina como ellos. La misma penuria a la que estos colectivos fueron sometidos en el pasado, quieren imponerla a quienes hoy no comparten su visión, como pretende también la izquierda radical, antigua, mezquina, fracasada y casposa del licenciado Ripa. Lo dicho, solo el psiquiatra puede dar solución a esta disonancia.

Algunos atribuyen a Sir Winston Churchill que “Los fascistas del futuro se llamarán antifascistas”. El licenciado Ripa y sus matones LGTBIstas se denominaban antifascistas, pero ya sabemos todos lo que son cuando silencian por la fuerza a quien discrepa de su totalitaria ideología.

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